-'Los vestuarios se han convertido en un depósito de cadáveres'
-El Parlamento se reunirá de urgencia este jueves
-La Junta Militar egipcia envía dos helicópteros para evacuar al Al Ahli
-Los hermanos Musulmanes señalan a los seguidores de Hosni Mubarak



'Said', en árabe, significa feliz. Pero este miércoles, en la ciudad egipcia de Port Said, lo que se ha vivido es justo lo contrario, una tragedia, probablemente la mayor de la historia del fútbol en el país.

Alrededor de 74 personas han muerto y otras 300 han resultado heridas, según el último balance hospitalario recogido por Afp, en unos graves disturbios registrados al término de un partido en dicha ciudad al noreste de Egipto.

Seguidores del equipo local Al Masri invadieron el campo tras ganar 3-1 al Al Ahli, el equipo visitante y unos de los más importantes del país, que encajaba su primera derrota de la temporada en la 'Premier League' egipcia.

Un funcionario de seguridad citado por la cadena de televisión catarí Al Yazira afirma que los aficionados persiguieron a los seguidores del equipo rival y los arrinconaron dentro y fuera del estadio, lanzando piedras y botellas contra ellos. Algunas de las zonas hacia las que les empujaron fueron incendiadas.

'Las fuerzas de seguridad nos han abandonado'

El delegado de Sanidad de la ciudad, Helmy Ali al Atny, ha explicado que la mayoría de fallecidos perdieron la vida por fracturas en el rostro y por hemorragias internas, y también hubo un gran número de ingresados por caídas desde los graderíos del estadio. En medios egipcios se habla también de muertes por asfixia o lesiones de la cabeza.

Los futbolistas del Al Ahli quedaron atrapados en el vestuario junto con sus partidarios. El Ejército ha decidido enviar dos helicópteros para evacuar a los jugadores. Según la agencia oficial egipcia, Mena, los helicópteros trasladarán también a algunos de los heridos.

A última hora de la noche, la televisión egipcia anunciaba que varias tropas militares se desplazarán también a la ciudad para evitar que se repitan enfrentamientos entre aficionados de uno y otro equipo.

Pese a estas medidas, algunos implicados creen que las fuerzas de seguridad no han actuado de manera correcta. "Nos han abandonado, no nos han protegido", ha relatado uno de los jugadores del Al Masry, Mohamed Abou-Treika, en una llamada a la televisión del equipo. "Un seguidor acaba de morir en el vestuario, delante de mí", ha añadido.

Otro de los jugadores, Mohamed Barakat, ha confirmado que "varias personas han muerto". "Estamos viendo cadáveres, No hay fuerzas de seguridad o personal del Ejército para protegernos", ha lamentado.

Evacuación

Los ultras del Al Ahli, más conocidos como los "Diablos Rojos", tienen fama de ser muy radicales y se han enfrentado con frecuencia a las fuerzas de seguridad egipcias en las protestas que han sacudido en los últimos meses la plaza Tahrir de El Cairo. Sin embargo, según dijeron testigos a Efe, fueron los hinchas del Al Masri quienes provocaron el enfrentamiento, al invadir el terreno de juego tras cada gol de su equipo (que se impuso por 3 a 1) y hacerlo de nuevo cuando acabó el partido.

El ejército ya ha comenzado a sacar de la ciudad a los aficionados del Al Ahli en autobuses protegidos por vehículos blindados de las fuerzas armadas.

Según Mena, los locales comerciales han cerrado sus puertas en Port Said tras varios actos de vandalismo, mientras los servicios de sanidad han comenzado a pedir donaciones de sangre entre los vecinos de la localidad.

Por su parte, los Hermanos Musulmanes han acusado a los partidarios del derrocado presidente Hosni Mubarak de ser los responsables de la violencia.

Hasta 47 personas han sido detenidas en relación los incidentes, ha señalado a la televisión estatal el ministro del Interior, Mohamed Ibrahim. Ibrahim ha apuntado que muchos personas habían muerto víctima de la aglomeración registrada en el estadio. La búsqueda de sospechosos continúa.

'Un incidente desafortunado'

El corresponsal de la cadena británica BBC en El Cairo, Jon Leyne, ha afirmado que los aficionados han introducido cuchillos dentro del recinto deportivo. En su opinión, la habitual falta de seguridad en el estadio ha contribuido al fatal desenlace.

Hesham Sheiha, viceministro de Salud egipcio, ha declarado que se trata de un "incidente desafortunado" y que la mayoría de las lesiones fueron causadas por contusiones y cortes profundos.

"Los vestuarios se han convertido en un depósito de cadáveres", dijo Ahmed Nagy, entrenador de uno de los porteros, según recoge Al Arabiya.

Poco después de la invasión del campo en Port Said, la televisión egipcia mostró imágenes del incendio en otro estadio, esta vez en El Cairo, donde el árbitro canceló el partido entre los equipos Zamalek e Ismaili en la primera mitad del encuentro. La federación de fútbol egipcia ha anunciado la suspensión "indefinida" de la liga.

El recién elegido Parlamento celebrará este jueves una sesión extraordinaria para discutir la violencia desatada, que amenaza con tensar más aún la delicada situación social y política por la que atraviesa el país norteafricano. La Fiscalía ha ordenado la apertura de una investigación.
Port Said
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