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Mediator fue comercializado hasta noviembre de 2009. En España fue retirado en 2005. Un medicamento diseñado para la diabetes y tomado también como tratamiento para mitigar el apetito ha causado al menos 500 muertes en 33 años en Francia, según un informe médico elaborado por la Seguridad Social francesa presentado ayer en la Asamblea Nacional. El medicamento en cuestión, Mediator, del laboratorio Servier , comenzó a circular en Francia en 1976, y según los datos del estudio, causaba disfunciones en las válvulas cardiacas.

También fue vendido en España, donde fue prohibido en 2005. En Estados Unidos, en cambio, fue retirado mucho antes, en 1997. En Francia no se impidió su comercialización hasta noviembre de 2009, después de que las autoridades sanitarias comprobaran "que tenía una eficacia modesta contra la diabetes" y, a su vez, acarreaba "un riesgo de disfunción de las válvulas cardiacas". Por entonces, cerca de 300.000 personas se administraban Mediator. Desde 1976 fueron dos millones. Además de las 500 personas que murieron, el informe añade que cerca de 3.500 fueron hospitalizadas.

Las autoridades sanitarias francesas han pedido hoy por la mañana a los pacientes que hayan tomado este medicamento durante tres meses que acudan a su médico para asegurarse de que no corren ningún riesgo.

El diputado socialista Gérard Bapt, cardiólogo, tras examinar el informe y catalogarlo como de "escándalo de la sanidad francesa" se preguntó Por qué había tardado tanto la Administración francesa en prohibir este medicamento peligroso- "Tengo la impresión de que algunos expertos que trabajan en la Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria (Afssaps) están demasiado cerca de ese laboratorio", asegura este diputado hoy en el periódico Le Parisien.

La persona que descubrió el problema, la neumóloga Irène Franchon, detectó el primer caso en 2007. A base de investigaciones y de cotejar otros episodios parecidos con otros pacientes, acudió a la Agencia Francesa de Securidad Sanitaria en febrero de 2008 con un expediente. "Pero no lo tuvieron en cuenta. No parecían muy conformes con la idea de denunciar este medicamento peligroso." Lo hicieron, ante la insistencia de esta doctora y de otros especialistas, en noviembre de 2009. "Sin nosotros, que levantamos la liebre, eso seguiría aún en venta", asegura la doctora en Le Parisien.