El primer ministro japonés, Yoshihiko Noda, ordenó hoy la puesta en marcha de los reactores números 3 y 4 de la planta de Oi en las provincia de Fukui, pese a los reclamos de cierre definitivo de esas centrales atómicas.

Esa decisión se adoptó 15 meses después del mortífero tsunami de marzo de 2011 que además de ocasionar más de 19 mil víctimas fatales en el noreste del archipiélago y dañó gravemente la central de Fukushima Daiichi, centro de la catástrofe nuclear más grave desde la de Chernóbil.

También, permanecen evacuadas aún unas 80 mil personas por ese accidente, que paralizó los 50 reactores comerciales japoneses para revisiones o pruebas de seguridad.

Pese a ello, una mayoría de la población rechaza la vuelta a la era nuclear y según una encuesta de mayo último por el diario Asahi Shimbun, el 54 por ciento prefiere mantener las centrales cerradas, frente a un 29 por ciento a favor de reactivarlas.

Una petición que insta al abandono de la energía nuclear y reúne unos siete millones 500 mil firmas se entregó al portavoz del Gobierno, Osamu Fujimura la víspera por el premio Nóbel de Literatura Kenzaburo Oe acompañado por otras personalidades eminentes japonesas, de acuerdo con la agencia de noticias Kyodo.

Además, esta mañana varios centenares de personas se congregaron frente a las oficinas del Primer Ministro para reclamar la persistencia del país en su apagón atómico.

Los manifestantes, bajo una pertinaz lluvia y vigilados por docenas de policías, portaban pancartas en las cuales se podía leer "una decisión política" contra la energía nuclear, y las alegaciones sobre la seguridad de los reactores de Oi son un "sinsentido".