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© Robert MacPherson (AFP)
Statewatch, una ONG que vigila el cumplimiento de las libertades civiles en los Estados de la Unión Europea (UE), denuncia en un informe presentado hoy la total "ausencia de debate" tanto en Bruselas como en los Parlamentos de cada país miembro en el uso civil de drones (aviones no tripulados). Es decir, para mejorar la vigilancia en las fronteras y controlar la inmigración irregular. La organización, con sede en Londres, estipula que "hasta ahora" - desde los años noventa - los programas de investigación en estos aparatos han costado "al menos 315 millones de euros", los cuales han salido de los impuestos de los ciudadanos de la UE "sin su conocimiento". Además, muestra su preocupación por un incremento en la "militarización de la UE" y la continuada tendencia hacia "la automatización en la guerra".

El estudio de 86 páginas alerta también de las repercusiones que el uso - cada vez mayor - de drones (de manera tanto civil como militar) van a tener en la privacidad y en los derechos humanos de los ciudadanos europeos. "El plan de la Unión Europea es la creación de un mapa de aerovías [que se puso ya en marcha en 2013], dirigido en su totalidad por la Organización Internacional de la Aviación Civil [ICAO por sus siglas en inglés] que asegure una regularización y homogeneización del vuelo de drones civiles de más de 150 kilos para 2028".

En 2012, la Comisión Europea estableció en uno de sus programas la "necesaria transparencia" y consulta de aquellos involucrados - como Frontex, la agencia europea de vigilancia de fronteras - en la política de drones, algo que para Statewatch "no ha ocurrido aún".

Frontex ha financiado con decenas de miles de euros a empresas de drones para que muestren el material que "en un futuro" se podría utilizar para la vigilancia en las fronteras. La misma empresa coordina, junto con la Unión Europea, el Eurosur, un sistema de vigilancia que integra sensores, radares, cámaras para tomar fotografías de las fronteras de cada país de la Unión.

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© Frontex
El informe destaca, además, la formalización de un acuerdo entre la UE y EE UU en el que se comprometen a cooperar para la integración de drones en el espacio aéreo civil y la armonización de los sistemas de control del tráfico aeroespacial. En esa línea, la Agencia Espacial Europea (ESA por sus siglas en inglés) se ha asociado con la Comisión Europea y la Agencia de Defensa Europea, señala el informe, para desarrollar "algunos aspectos de la política de drones de la Unión" como el desarrollo de un sistema de telecomunicaciones común y las infraestructuras necesarias para el vuelo de estos aviones por control remoto. De esta forma, la ESA se ha convertido en el principal socio de la UE para facilitar el tráfico de drones dentro del espacio aéreo civil.

El uso de drones está claramente justificado, según Statewatch, pero la UE se ha situado en el "lado equivocado" en lo que respecta al uso en la guerra de estos aviones y a la falta de transparencia en el desarrollo de esta tecnología. "Las políticas de expansión y el uso de drones en la guerra no se deben desarrollar a puerta cerrada ni deben estar dirigidas a alcanzar fines comerciales", concluye.