Por su parte, el primer ministro Ali Zeidan declaró al canal de televisión saudita Al-Arabiya que el general Haftar ha sido destituido y que él mismo se mantiene en el ejercicio de sus funciones como jefe del gobierno.
El general Hafter declaró que no desea instaurar un poder militar en Libia sino actuar a favor del interés nacional poniendo fin al predominio de las milicias armadas. También anunció que emprenderá consultas con las principales fuerzas políticas con vista a la designación de un presidente y la formación de un gobierno civil provisional.
El general Haftar interviene en realidad a pedido de Washington ante el hecho que, desde hace un mes, fuerzas nacionalistas libias han logrado apoderarse de varias localidades, principalmente en el sur del país [1].
Khalifa Belqasim Haftar fue general de la Yamahirya Árabe Libia durante la guerra entre Libia y Chad, donde sufrió una importante derrota en 1987. Después de desertar, se refugió en Estados Unidos y recibió entrenamiento de la CIA antes de crear el Ejército de Liberación de Libia, dependiente del Frente Nacional de Salvación de Libia, pero no logró derrocar a Muammar el-Kadhafi. Junto a sus hombres, en su mayoría provenientes - como él mismo - de la tribu Farjani, Haftar actuó como mercenario de Washington en la República Democrática del Congo.
En marzo de 2011, Haftar llegó a Bengazi aupado por la OTAN y se convirtió en el segundo responsable en importancia de las «fuerzas rebeldes», y posteriormente en jefe de estas, luego del asesinato del general Fatah al-Yunis a manos de al-Qaeda.
Luego de la victoria de la OTAN en Libia, el general Haftar fue impuesto por la propia alianza atlántica como jefe del Estado Mayor de las fuerzas armadas.
[1] «Insurrección nacionalista en Libia», Red Voltaire, 20 de enero de 2014.
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