paleo
© Ángel Aguirre
Como un tres en uno: emprendedor, músico y diseñador gráfico es José Antonio Zorrilla Mera, de 33 años.

Muchos lo conocen por ser el vocalista de dos bandas musicales, La Rumba y Time Project Band, pero hace algunos meses estrenó nueva faceta como socio de la primera cafetería-restaurante paleo (dieta basada en la antigua alimentación de plantas silvestres y animales salvajes de la era paleolítica) del medio, Libex Real Food, cuya propuesta comenzó hace ocho meses como un servicio a domicilio, por iniciativa de los esposos Claudia Lascano y Manuel Guzmán.

Después de cuatro meses abrieron el primer local en Mall del Sol. "Ahí fue cuando me llamó Manuel, como a mí me gusta la comida paleo y entreno crossfit (quienes lo practican llevan ese régimen alimenticio) entonces nos unimos", cuenta. También se unió Andrea Páez, la otra socia.

Hace un mes y medio abrieron otro local en Samborondón, en Crossfit Culture (km 2,5), donde José Antonio pasa la mayor parte de la semana. "Esta es más to go, para llevar, por el espacio. Paleo, más que una dieta, es un estilo de vida, es solo cambiar tu alimentación", dice.

José Antonio lleva ese estilo de vida, y se refleja en su torneada figura. Opta por las carnes, vegetales, poca fruta y semillas o frutos secos. Esto lo combina con su entrenamiento de crossfit, de lunes a sábado, hace un año.

Comenta que las recetas de este tipo de comida las ha aprendido con la práctica, pues siempre ha cocinado para él, y ahora lo hace para los clientes de Libex. Prepara los platos junto a Claudia y Andrea, con estudios en gastronomía. "En el Ecuador la paleo no es algo que se enseñe. Los tres somos los que cocinamos y siempre tenemos un plato nuevo semana a semana".

Su función en este negocio es organizar el funcionamiento de las cafeterías y manejar la parte de la imagen. Estudió Diseño Gráfico y Artes Visuales en la Universidad Jefferson, y lo aplica ahí.

No descarta continuar con este proyecto, pues la aspiración es abrir un restaurante grande de Libex. "Queremos fomentar ese cambio de alimentación. Aspiro a estudiar una carrera culinaria en el 2015".

Lo mismo asegura Manuel, que además de socio es el mejor amigo de José Antonio. "Creo que todos tenemos un poco de lo uno y de lo otro, y nos complementamos".

Sobre los escenarios José Antonio presenta su lado artístico. Desde su adolescencia se sintió atraído por la música. "Siempre me gustó. Estuve en el coro del colegio y fui parte del coro del Banco Continental. Mi papá me ponía sus discos de música clásica".

Estudió guitarra clásica en el conservatorio Tchaikovsky, pero al sentir más inclinación por el rock y pop aprendió a tocar la guitarra popular. Luego comenzó con una banda llamada Polvo, con la cual tocaban en bares y discotecas, pero se disolvió y hace doce años formó otra, La Rumba, de la que es vocalista. "Tocamos música bailable y con el fin de animar una fiesta, no solo vamos y tocamos", explica.

También es uno de los diez vocalistas de Time Project Band, una agrupación que hace espectáculos bajo temáticas. Aquí José Antonio ha hecho personificaciones luciendo, por ejemplo, trajes de los ochenta o interpretando a reconocidos artistas, como Bruno Mars.

Afirma que el mejor ensayo para un vocalista son las mismas presentaciones, pues para esto no tomó cursos ni estuvo en una academia.

¿Cómo divide el tiempo? A la música, dice, se dedica más los fines de semana por las presentaciones, y para ensayar lo hace en sus días libres, ya que los horarios en la cafetería son rotativos. A esto se suma su tarea como papá de Luciano, de 8 años, y Thadeo, de 4.

Su cuerpo luce otra de sus aficiones, los tatuajes. Tiene ocho, "hasta ahora", y cada uno representa una anécdota de su vida. "Esto no lo puedes parar, es como que vas escribiendo una historia en el cuerpo según tus vivencias", expresa él.