Poco después de los cambios que han sobrevenido sobre la nación ucraniana, incluso los defensores más apasionados de Maidán empiezan a entender que los nuevos líderes simplemente no son capaces de gobernar bien el país.

Maidán
© RT

"Si mañana para las 10 no anuncian la dimisión de Yanukóvich, tomaremos el Parlamento con armas. Lo juro". Poco después de este discurso pronunciado por un activista ucraniano en Maidán, la población despertó en un país distinto, sin presidente y con edificios administrativos tomados por manifestantes armados.

Pero parece que esta tormenta de cambios que sobrevino tan rápido sobre Ucrania solo conllevó el efecto contrario, el constante descontento con el así llamado nuevo poder incluso entre los mismos apasionados oradores.

"Han fallado los cambios de los políticos. Ha fallado el caso de Crimea. También el asunto de la seguridad en el este del país. La seguridad en general ha fallado ya que la población no tiene ninguna confianza en la Policía. Reconozco el nuevo Gobierno, pero no me agrada su trabajo. Carece de valentía y de fe en el pueblo ucraniano", dice Vladímir Parasiuk, uno de los defensores de Maidán.

"La gente cree que ha cambiado a una banda de cleptómanos locos por otra igual. Están al borde de una guerra, pero se dedican a debatir la ley sobre la lengua, renombrar pueblos, pasear por aquí en lugar de sesionar sin descanso y tomar decisiones importantes, comercian los cargos. Llegaron con tanta ansia al poder como las abejas van al olor de la miel. Pero no hacen nada, no gobiernan nada. Ni son capaces de hacerlo. Como dirigentes son peor, pero como cleptómanos son iguales", dice a RT Tatiana Montián, miembro del Consejo de Coordinación de Maidán.

El caos se desbordó y llegó hasta el punto que no favorece a las nuevas autoridades. Recientemente varios funcionarios, designados hace unas semanas en una serie de provincias, fueron despedidos.

"Creo que el principal error que ha cometido la nueva coalición es designar ministros y altos cargos solo de dos partidos: Svoboda y Batkivschina. No vemos ningún profesional independiente o de otras formaciones como UDAR o incluso el Partido de las Regiones. Por ejemplo, la elección del primer ministro se hizo entre Arseni Yatseniuk y Arseni Yatseniuk porque así lo exigieron la Unión Europea y EE.UU.", explica el analista Taras Berezovets.

Los activistas de Maidán sostienen el mismo punto de vista, y no solo responsabilizan al nuevo Gobierno.

"Lo que más me sorprende es que los estadounidenses, los europeos, nuestros oligarcas contribuyeran a agravar la situación. Es decir, no solo había gente que lanzaba cócteles molotov, sino que además los políticos occidentales no se daban cuenta de que nos quedaríamos enterrados bajo las ruinas de nuestras instituciones políticas. Bueno, EE.UU. está lejos. Pero, ¿en qué pensaban los europeos?, ¿no entienden que una Somalia con 45 millones de habitantes y centrales nucleares es algo terrible para ellos? Nosotros les damos igual, pero, ¿por qué no piensan en sí mismos?", dice Montián.

Meses de confrontaciones, semanas de violentos disturbios, decenas de muertos y miles de heridos, pero incluso con este coste irreparable, el único resultado evidente por ahora es que Maidán no va en ninguna dirección.