Mariposas de distintas especies (Apolo, Niña o del Puerto Lobo) han desaparecido ya en varios sistemas montañosos de Andalucía

La última edición de la Lista Roja Europea de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), recién publicada, contabiliza en Europa 435 especies de mariposas, de las que un nueve por ciento corre riesgo de desaparecer.

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© EFEImagen cedida por Miguel López Munguira de un ejemplar de Apolo
Los efectos del cambio climático, que en el caso español no han eliminado especies enteras, sí se asocian a la gran reducción de poblaciones de mariposas como el Apolo (Parnassius apollo), ha explicado a Efe el biólogo de la Universidad Autónoma de Madrid Miguel López Munguira.

«El fenómeno global provoca que el rango de las especies ascienda cada vez a mayor altitud en busca de un hábitat adecuado para ellas», explica López Munguira. Por ejemplo, Apolo ha desaparecido ya de varios sistemas montañosos de la comunidad autónoma andaluza.
Otra especie que «lo está pasando muy mal» es la Niña de Sierra Nevada (Polyommatus golgus), una mariposa pequeña, endémica y cuya distribución es «muy reducida».
La Niña de Sierra Nevada y la mariposa del Puerto del Lobo (Agriades zullichi) están catalogadas como «en peligro de extinción». La primera vive en Sierra Nevada y en algunas sierras próximas a Cazorla como La Sagra y la segunda es exclusiva de Sierra Nevada.

Poblaciones «suficientes»

La situación en cuanto a la conservación de los invertebrados artrópodos en la península es «correcta», pero también mejorable, opina López Munguira, uno de los principales expertos del país y co-autor de la Lista Roja.
La amplia red de espacios naturales protegidos acoge casi la totalidad del área de distribución de especies endémicas y alberga poblaciones «suficientes» de la mayoría de las mariposas.
«Aunque la extensión protegida es muy grande, también hay una urbanización salvaje en muchos lugares, no sólo en la costa sino en el interior (urbanizaciones, carreteras...), que causan problemas a determinadas poblaciones», ha añadido el biólogo de la UAM.
A ello se añade el problema del abandono del suelo agrícola, sobre todo praderas (de pasto, siega...), en especial en las zonas del norte de los Pirineos y en los sistemas montañosos.