ring of fire
Cinco sismos fuertes han sacudido Asia en los últimos días. Ha habido 16 grandes terremotos de 6,0 o más fuertes sólo en abril y nueve en los últimos siete días.

Los dos más fuertes en esta ola sin precedentes de graves sacudidas acaban de suceder el fin de semana en Ecuador, con un enorme terremoto de 7,8, que ha matado a por lo menos 77 personas, y uno de 7,0 en Kumamoto, en la isla de Kyushu, en el sur de Japón, que ha sido golpeado por tres grandes terremotos en tres días, que mataron al menos a 41 personas.

Durante las últimas dos semanas, solamente la pequeña isla de Vanuatu, del Pacífico Sur, ha sido golpeada por cinco terremotos significativos. Hace cuatro días, un potente terremoto de 6,9 golpeó a Myanmar y mató a dos personas. Y ahora que hubo siete temblores importantes que han matado a al menos 120 personas, tan sólo en las últimas 96 horas, tanto las personas comunes, como los científicos, están cada vez más preocupados por lo que pueda venir próximamente.

El 25 de abril se cumplirá un año desde el mortal terremoto de 7,8 en Nepal, que tuvo como resultado más de 9.000 muertes. Pero hasta ahora, el 2016 parece ser incluso más desastroso con siete terremotos de 7,0 o más fuertes y 40 de 6,0 y más fuertes que ya han golpeado la superficie terrestre.

Los epicentros de más de la mitad de los terremotos más graves durante los últimos 30 días han sido relativamente poco profundos (a menos de 20 km o menos de 12,4 millas de la superficie de la tierra), causando incluso más conmociones violentas y destrucción terrenal.

Y todos excepto un par de los 20 terremotos más potentes de 6,0 o más fuertes que han sido observados durante este último mes han entrado en erupción a lo largo del Anillo de Fuego del Pacífico en América del Sur, Alaska y, sobre todo en Asia, a un ritmo que no se ha visto en siglos; lo que indica cambios catastróficos en la Tierra que están sucediendo en el interior del núcleo y la corteza terrestres, los cuales podrían estar reaccionando a los cambios catastróficos que ocurren dentro de nuestro sistema solar, haciendo que las placas tectónicas del Pacífico se rompan de forma simultánea en varios lugares bajo intensas presiones acumuladas.

En 1973 sólo hubo 24 terremotos en los EE.UU. que alcanzaran más de 3,0. Entre 2009-2015 el número ha aumentado a 318. Y justo en el centro de Estados Unidos, el número de terremotos de 3,0 o más fuertes ha aumentado a 226 solamente durante los tres primeros meses de este año. Los científicos de la US Geological Survey (USGS) creen que la actividad humana es responsable por este enorme aumento de terremotos relativamente menores a moderados en los últimos años. Según la USGS, la eliminación de aguas blancas en los pozos de petróleo y gas tradicionales es el mayor culpable, incluso más que los terremotos causados ​​por el fracking hidráulico.

Tal magnífico aumento de la actividad sísmica inducida por la devastadora industria de la energía lleva a que la USGS tenga ahora dos mapas distintos, uno que muestra los terremotos inducidos por el hombre y el otro los terremotos que ocurren naturalmente. La medida en que los terremotos provocados por el hombre afectan la magnitud, frecuencia y ubicación de las zonas de terremotos se considera como mínima en Estados Unidos, ya que, los temblores provocados por el hombre ocurren en su mayoría en el centro de los Estados Unidos (específicamente Oklahoma) y los terremotos naturales suceden sobre todo a lo largo de la línea de la falla de San Andrés, en California. Además del estado más poblado de California, ahora más de siete millones de ciudadanos estadounidenses en seis estados centrales de Estados Unidos están en un riesgo creciente debido a la industria del petróleo y el gas.

Dado el conocimiento de que la perforación profunda en realidad sí causa terremotos, un equipo de científicos sísmicos de la Universidad de Cardiff ha propuesto un controversial proyecto que consiste en excavar por primera vez en la historia el manto terrestre localizado justo debajo de la corteza; en un lugar en el Océano Índico, donde la corteza ha sido sometida a la erosión y la capa media que compone la mayor parte de la masa interna del mundo se considera más accesible a tres millas de profundidad desde el fondo del océano. Pero debido a que la zona es conocida por su activa fluctuación sísmica, quienes se oponen a la perforación profunda temen que ésta podría desencadenar un terremoto o la actividad volcánica.

En mayo de 2013, un terremoto de 8,3 quebró un total de 600 kilómetros (cerca de 373 millas de profundidad) en el mar de Ojotsk, lo que produjo un gran impacto, como si el epicentro hubiera sido mucho más superficial. La preocupación es que el agua del océano vertida en el manto podría conducir a una catástrofe. Por lo tanto, muchos concluyen que la ganancia científica del estudio del material del manto es muy pequeña en comparación a los potenciales peligros, sobre todo porque los terremotos provocados por el hombre están planteando una amenaza ambiental creciente al causar aún más terremotos.

Hay otra causa humana de algunos de los terremotos más fuertes de los últimos años que es más polémica. Hay una creciente evidencia de que las armas de pulso electromagnético (EMP) desarrolladas durante el último cuarto de siglo pueden calentar las líneas de las fallas conocidas en zonas seleccionadas, para provocar desplazamientos de las placas tectónicas. Se sospecha que el desastre de Fukushima y los terremotos de Chile y Haití en los últimos años pudieron ser inducidos por EMP.

Este diabólico uso militar de la tecnología de armas ha sido descubierto a través de los picos significativos en las lecturas de temperatura justo antes de esos terremotos no naturales. La tecnología de modificación del clima y del infame HAARP pueden determinar con precisión las líneas de fallas específicas utilizando los haces de impulso electromagnético que rebotan en la ionosfera y generar calor concentrado durante varios días en una placa tectónica activa específica, lo que a continuación desencadena grandes terremotos. Se cree que la notoria pulverización de geoingeniería de metales pesados ​​potencialmente utilizados como conductores eléctricos está conectada a esta tecnología destructiva, además de servir como un arma obvia para matar suavemente con fines eugenésicos por parte de la élite gobernante.


Comment: A pesar de que sea bastante probable que efectivamente se hayan utilizado "armas de terremotos" para inducir desastres en diversos momentos y en diferentes lugares, es mucho más probable que lo que estamos viendo, en general, tenga más que ver con procesos cósmicos. (Vea el comentario de más abajo.)


¿Qué significa toda esta actividad sísmica sin precedentes? El célebre sismólogo, Roger Bilham, en la Universidad de Colorado, nos está advirtiendo sobre el aumento del riesgo de terremotos. En respuesta a esta última oleada de fuerte actividad sísmica, comentó:
Las condiciones actuales podrían dar lugar a al menos cuatro terremotos superiores a 8,0 en magnitud. Y si éstos se retrasan, la tensión acumulada durante los siglos provocaría mega terremotos más catastróficos.
A pesar del devastador terremoto en Nepal el año pasado, se dice que la región del Himalaya está a tiempo para un terremoto de 8,2 de acuerdo con los expertos en desastres en el Ministerio del Interior de la India. La placa indo-birmana está colisionando con la placa del Himalaya causando un estrés importante. Un estudio publicado en la revista Nature Geoscience dijo que el sismo de Nepal:
No ha podido romper las porciones bloqueadas del empuje del Himalaya por debajo y al oeste de la cuenca de Katmandú debido a algún tipo de barrera persistente de origen mecánico y estructural.
Un aumento de la frecuencia de terremotos a menudo es acompañado por el aumento del número de volcanes que se vuelven activos; y en la actualidad hay 38 volcanes escupiendo nubes de ceniza y lava fundida en todo el mundo.

Un físico de minerales llamado Friedemann Freund está realizando una investigación en la NASA en la cual exploran una forma de proporcionar advertencias con tiempo suficiente, de al menos 24 horas, antes de un terremoto. Su teoría implica la detección de aire ionizado cerca y justo por encima de las rocas a lo largo de la Falla de San Andrés y en Alaska. Freund ha confirmado que "cada vez que había un sismo moderado o fuerte, efectivamente se producía un gran aumento de la conductividad del aire". Su Sistema Mundial de Predicción de Terremotos intenta medir la radiación infrarroja producida por la presión tectónica.

Aquéllos que creen que Nibiru/Planeta X se está precipitando más cerca de la Tierra cargando consigo asteroides, cometas y meteoros de tres kilometros de ancho, los cuales están causando cambios importantes dentro de nuestro sistema solar, llegarían a la conclusión que es esto lo que está detrás de esta frenética actividad sísmica. Los avistamientos del Planeta X y de asteroides enormes son frecuentemente vistos tanto por astrónomos como por aficionados en estos días. Los científicos más reputados están tomando en serio al Planeta X todo el tiempo y el último par que ha expresado su preocupación de que el mismo podría destruir la vida en la Tierra, proviene de Cal Tech.


Comment: Debemos aclarar que el llamado planeta X no necesariamente es un planeta en sí mismo, sino que también podría ser algún tipo de cuerpo celeste que bien podría tratarse de una enana marrón, hermana del sol, cuyo acercamiento podría estar, sin duda, relacionado con muchos de los cambios terrestres de los cuales estamos siendo testigos.

Esta hipótesis también podría asociarse con el hecho de que nuestro planeta experimenta períodos de catástrofes cíclicas que tienen un gran impacto en la historia de la evolución terrestre. La teoría del universo eléctrico plantea que los fenómenos naturales en la Tierra, están conectados a una dinámica de intercambio de potenciales eléctricos (que se presenta entre todos los planetas), con el condensador solar.

Cada vez que un objeto extraño entra en la heliosfera, crea variaciones o descargas eléctricas en el Sol, lo que se ve reflejado en innumerables fenómenos eléctricos en todos los planetas. La baja actividad solar actual (manchas solares, por ejemplo), podría deberse a que algo con una masa considerable ha realizado su entrada en la heliosfera, y uno de los "síntomas" tangibles en la Tierra son las bajas temperaturas y cambios de naturaleza eléctrica que pueden causar todo tipo de fenómenos climáticos anormales.

Se especula que la baja actividad eléctrica del condensador solar actual, podría ser provocada por la compañera del sol, lo que también explicaría el incremento en el número de asteroides y cometas que han hecho su viaje hacia dentro del sistema solar, provenientes de la Nube de Oort, disparados por el paso de la hipotetizada enana marrón.


La mortandad en masa de incontables animales ha estado aumentando repentinamente a una base casi diaria, los fenómenos meteorológicos extremos que se están observando en todo el mundo; tales como nevadas en el sudeste asiático, la errática alta actividad sísmica observada recientemente en el Parque Nacional de Yellowstone que ha sido sacada de línea bruscamente, y el fenómeno más reciente en el cercano río Shoshone, que estuvo hirviendo en lugares donde el ácido sulfúrico ventila más actividad volcánica procedente de la caldera bajo tierra, no dejan dudas de que se están produciendo muchos cambios profundos y misteriosos a un ritmo ciertamente acelerado.

Se han descubierto cambios rápidos en el núcleo terrestre que están vinculados a los cambios electromagnéticos en la superficie de la tierra. Por lo que la afluencia de terremotos y volcanes recientes son consistentes con los cambios de gran alcance que se desarrollan tanto en el interior como en el exterior del planeta. Obviamente, los acontecimientos humanos desestabilizadores y su desarrollo dentro del sistema político y económico corrosivo y tambaleante, reflejan una transformación mucho mayor que está ocurriendo en la Tierra y todo el sistema solar y más allá.