Las relaciones entre Ucrania y Hungría han llegado al estado de guerra diplomática. Para las autoridades actuales de Kiev, esto podría culminar no solo en la obstaculización del anunciado camino hacia la integración con la UE, sino provocar incluso la separación de la región de Transcarpatia, según el análisis del portal ruso Gazeta.ru.
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La nueva escalada de tensiones se inició en septiembre de 2017, cuando las autoridades de Kiev aprobaron una nueva Ley de Educación según la cual la formación en el país debería producirse exclusivamente en idioma ucraniano.

El documento provocó críticas de los países vecinos, en particular de Hungría, cuya minoría étnica vive en la región ucraniana de Transcarpatia, también conocida como Rutenia subcarpática. Budapest llamó al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para que investigase la legalidad de esta ley ucraniana. Más tarde, Hungría bloqueó el encuentro de la comisión Ucrania-OTAN, que iba a tener lugar en diciembre de 2017.

A principios de 2018, el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, mantuvo una reunión con el presidente de la Federación Cultural Húngara en Transcarpatia, Laszlo Brenzovics. Durante la reunión, Szijjarto aseguró que Hungría irá hasta el final en su intención de defender los intereses de los húngaros en Ucrania.

Hay que destacar que Peter Szijjarto ya había visitado Transcarpatia con anterioridad, al tiempo que se negó a reunirse con su homólogo ucraniano, Pavló Klimkin. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania valoró este paso como una grave violación de la etiqueta diplomática.
Transcarpatia se siente hoy en día más parte de Hungría que de Ucrania", apunta el director del Centro de Estudios Políticos de Kiev, Mijailo Pogrebinski, en comentarios a la agencia FAN.
Según el politólogo, en ciudades como Beregovo, "por todos lados se ven banderas húngaras" y las personas quieren que sus hijos estudien en su idioma natal, no en ucraniano. Además, la mayoría de los jóvenes sueñan con ingresar en las universidades húngaras, no las ucranianas.

La Ley de Educación solo agilizó los sentimientos separatistas en la región, pone de relieve Pogrebinski. Por otra parte, Hungría difícilmente reclamará estas tierras transferidas a la Ucrania socialista al término de la Segunda Guerra Mundial. Y es que, si bien la comunidad húngara conforma la más grande de las minorías de la región con 150.000 habitantes, la mayoría de la población se considera descendiente de los rutenos, también llamados cárpato-rusos y rusniacos.

Este conflicto ya ha causado un daño significativo a Ucrania no solo en su situación interna, sino también en el extranjero. El Gobierno húngaro ha anunciado la intención de bloquear todos los intentos de continuar el proceso de integración de Ucrania con la Unión Europea. Desde la cancillería húngara agregaron que Budapest buscará poner fin a los acuerdos ya alcanzados, en particular, el régimen de exención de visados ​​para los ucranianos.

"Las autoridades actuales de Kiev cometen un grave error cuando consideran a Ucrania un país monoétnico. El deseo [de la población] del este ucraniano de hablar y educar a sus hijos en idioma ruso fue igual de evidente como lo es hoy el deseo de los transcarpatios de seguir su educación en húngaro, rumano y polaco, que son sus idiomas natales", valora el estratega político Dmitri Mélnikov, citado por Gazeta.ru

Las declaraciones y los pasos de las autoridades húngaras ya han provocado reacciones similares a las ocurridas en Donbás y Crimea hace cuatro años. Así, el experto en temas militares Alexéi Arestovich acusó a Budapest de "incitar a una rebelión separatista en Transcarpatia"