Las autoridades confirmaron la muerte de nueve personas en la poderosa tormenta que azotó el noreste del país. La poderosa tormenta también inundó carreteras, rompió árboles y dejó sin energía a más de 2 millones de hogares.
Para prevenir el congelamiento de las tuberías, State Farm recomienda dejar gotear los grifos durante la noche y dejar los gabinetes abiertos, para que llegue calor a las paredes que resguardan las tuberías.
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Una poderosa tormenta azotó el viernes la costa del Atlántico con intensos vientos, nevadas y lluvias, todo lo cual inundó calles, provocó la cancelación de vuelos y paralizó los trenes desde Carolina del Norte hasta Maine.


Al menos nueve personas murieron a causa de caídas de ramas o árboles.

La tormenta sumergió autos y volteó camiones, y en las costas de Massachusetts se registraron olas del tamaño de una casa de dos pisos, lo que obligó a escuelas y negocios a cerrar antes. Además causó una fuerte turbulencia para los pasajeros de un avión que aterrizó en el Aeropuerto de Dulles, a las afueras de Washington.

"Prácticamente todos en el avión vomitaron", escribió el piloto en un reporte al Servicio Nacional de Meteorología.

La costa este fue azotada por ráfagas superiores a las 50 millas por hora y en Cape Cod se registraron vientos de entre 80 y 90 mph.

En Ohio y Nueva York cayeron al menos un pie de nieve. En Boston y Rhode Island se preveían entre 2 a 5 pulgadas.

La tormenta provocó al menos siete muertes, incluida la de una mujer de 77 años que fue golpeada por una rama a las afueras de su casa cerca de Baltimore. La caída de árboles también derivó en el fallecimiento de un hombre y de un niño de seis años en distintas partes de Virginia, además del deceso de un niño de 11 años en el estado de Nueva York y de un hombre en Newport, Rhode Island.

Las inundaciones en Quincy, Massachusetts, sumergieron vehículos, y la policía rescató a quienes quedaron atrapados en su interior. Las altas olas azotaron la cercana Scituate, impidiendo el tránsito en sus caminos y convirtiendo los estacionamientos en pequeños estanques.

Más de 1,800 personas les avisaron a las autoridades de Scituate que decidieron evacuar, según reportó el periódico The Boston Globe.

El gobernador de Massachusetts, Charlie Baker, activó a 200 miembros de la Guardia Nacional para ayudar a las víctimas.

Las aerolíneas cancelaron más de 2,800 vuelos, la mayoría de ellos en el noreste. Los aeropuertos de LaGuardia y Kennedy en la ciudad de Nueva York estuvieron prácticamente paralizados.

El presidente Donald Trump, quien viajó a Carolina del Norte para el funeral del reverendo Billy Graham, se vio obligado a partir desde Dulles y no de la base Andrews en Maryland, donde se encuentra el hangar del avión presidencial, debido a los fuertes vientos.

Amtrak suspendió su servicio en el corredor noreste, desde Washington a Boston. En Nueva Jersey, un árbol cayó contra el cableado eléctrico, lo que obligó a suspender parte del servicio de pasajeros de New Jersey Transit.

En ese estado se ha reportado que unos 220,0000 usuarios están sin energía eléctrica y que residentes han dejado sus hogares voluntariamente ante posibles inundaciones.

En Pensilvania se ha reportado que más de 80,000 clientes permanecen a oscuras y otros 50,000 en Ohio.

La situación no es diferente en Nueva Jersey con árboles y líneas del tendido eléctrico caídas que han dejado a miles de personas sin ese servicio.

En Washington, las oficinas del Gobierno federal permanecían cerradas, mientras que multitud de escuelas de toda la región optaron por no abrir sus puertas.

Unos 450,000 clientes en el área de la capital se quedaron sin suministro eléctrico este viernes, según medios locales.

Se esperaba que el temporal comenzara a disiparse la madrugada del sábado.