La Policía de Brasil reprimió el miércoles una protesta en la ciudad de Sao Paulo, usando gases lacrimógenos, balas de goma y palos para dispersar a los indignados maestros de escuelas públicas que protestaban contra cambios propuestos a sus planes de pensiones.
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Los maestros se habían congregado frente al Concejo Municipal cuando las autoridades ediles comenzaron los debates sobre el incremento de las contribuciones mensuales de los empleados públicos a los fondos de pensiones del 11 % a por lo menos 14 %.

El Departamento de Educación informó que los maestros en el 93 % de las 1550 escuelas administradas por el gobierno de Sao Paulo están en huelga. Otras 1500 escuelas, de administración privada, no están afectadas por el paro.

En concreto, los maestros de Sao Paulo rechazan la medida del alcalde de la ciudad, João Doria, de implementar una reforma previsional.

La medida del alcalde neoliberal se enmarca en la reforma previsional que el presidente brasileño, Michel Temer, busca imponer a nivel nacional, pero que suspendió por falta de apoyo en el Congreso, después de marcadas protestas populares.

La intención de Temer era que el proyecto sea tratado a principios de este año, pero al intervenir militarmente Río de Janeiro se vio imposibilitado de hacerlo. La Constitución de Brasil no permite que se apliquen reformas a nivel nacional mientras haya un estado intervenido.

En ese contexto, Doria decidió impulsar una reforma a nivel local que, al igual que la de Temer, recortará las futuras pensiones y aumentará la edad jubilatoria.