Catar consiguió hacer fracasar el plan trazado por Arabia Saudí para lograr su aislamiento económico después de que Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Egipto rompieran relaciones con este país por sus supuestos vínculos con Teherán y por apoyar al terrorismo.
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Comentario: Es irónico como el estado radical wahabista por excelencia (Arabia Saudita) culpa a un ex-compañero de negocios (Qatar) de hacer lo que ellos mismos hacen: Apoyar el terrorismo.

No se engañe, todo esto tiene fines políticos, y guarda la intención de aislar a Irán y a todo país que tenga relaciones comerciales con el mismo. Esta iniciativa sigue la línea demarcada por EEUU e Israel, y parecen no notar que en su afán de aislar a Irán y compañía, ellos mismos terminarán aislados del mundo... tarde o temprano.

Tenemos un ejemplo similar, aunque no idéntico, con la estrategia occidental para aislar a Rusia. Que hasta el momento no les ha resultado.


El plan ideado por Arabia Saudí para aislar económicamente al emirato de las inversiones extranjeras y disminuir su atractivo ante los inversores no funcionó, escribe en un análisis el portal ruso Vesti Finance.

Catar hizo fracasar este plan de una manera muy simple.

En primer lugar este país comparte con Irán las reservas del gigantesco yacimiento de gas South Pars. Por eso para Doha era necesario mantener buenas relaciones con Teherán.

Así que ante las turbulencias Catar puso a la venta sus bonos y con esta jugada recibió ingresos superiores a los que consiguió Arabia Saudí con su deuda pública.

"En la segunda semana de abril Catar atrajo a sus arcas públicas 12.000 millones de dólares. En comparación, Riad ganó tan solo 11.000 millones de dólares", recuerdan los autores del artículo.

Los grandes bancos internacionales tuvieron que elegir entre los bonos saudíes y los cataríes y según datos de The Wall Street Journal, los bancos estadounidenses JPMorgan y HSBC rechazaron participar en la venta de bonos de Catar, temerosos de estropear las excelentes relaciones que mantienen con los saudíes.

"Arabia Saudí no puede persuadir a todos los actores del mercado para que le den la espalda a Catar, el mayor exportador de gas natural licuado del mundo. No es Bahréin, es uno de los países más ricos del mundo que cuenta con grandes reservas de gas", escribe el medio ruso.

Esta es la razón por la que el sector bancario está actualmente dividido, recalcan los autores en su balance.

HSBC y JPMorgan miran con gran interés a Arabia Saudí y no quieren perder la oportunidad de participar en la oferta pública de venta de la empresa estatal de petróleo y de gas Saudi Aramco.

Al mismo tiempo, los bancos europeos Deutsche Bank, Barclays y Credit Suisse están prestando sus servicios a los accionistas de Catar y desempeñan un papel importante en la emisión de sus bonos.

La emisión de deuda pública ayudará a consolidar las finanzas del emirato, que se vieron afectadas por el bloqueo saudí. Según los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), la economía catarí no tardará en estabilizarse.

"El crecimiento económico de Catar tendrá que acelerar hasta el 2,8 % en 2018. Es un trago amargo para los saudíes porque este crecimiento es mayor del que se esperaba en Riad", informa Vestifinance.

De acuerdo con el medio, Catar no ha sido aplastado tras la aplicación de las sanciones saudíes. Los buenos pronósticos respecto a su futuro económico estuvieron acompañados de informaciones aparecidas en los medios saudíes que afirmaban que Riad esconde otro as bajo la manga en su guerra económica con Doha. Concretamente, Riad quiere convertir Catar en una isla al excavar un canal en la frontera terrestre que separa ambos países. Una de las ventajas de este canal sería el hecho de que así Arabia Saudí podría controlar toda la costa del canal