No ha llegado al año y medio el tiempo que han pasado en prisión provisional José Cardona Serrat y Martín Rafael Chanzá Almudéver, conocidos como "los pederastas de El Cabanyal", dos pederastas reincidentes detenidos en Valencia en julio de 2016 dentro de la Operación Trinity por la UCO de la Guardia Civil, por haber prostituido, "presuntamente" durante una década ¡a 17 menores! en el marítimo barrio valenciano de El Cabanyal, una decisión judicial que vuelve a poner en entredicho la actitud de muchos jueces y fiscales ante la comisión de posibles delitos tan graves como la pederastia.
pederastas
Asía las cosas, poco le ha importado a la juez responsable del caso que Martín Rafael Chanzá tenga en la actualidad tres condenas en firme por delitos sexuales contra menores y su bastardo compinche, José Cardona, otras dos condenas por pederastia.

No entendemos como el Consejo General del Poder Judicial no abre una investigación de manera inmediata para averiguar todos los pormenores de esta puesta en libertad

¿Actuaría igual Su Señoría si fueran sus hijas las prostituidas por estos auténticos depredadores de niños?

Esta es la pregunta que la sociedad debe hacerse y en su respuesta encontrar la solución que habría que tomar con este tipo de jueces; nada puede resultar incomprensible en una España donde un Fiscal Antocorrupción, sigue ejerciendo como si tal cosa por mucho que esté implicado "presuntamente" en dos tramas de pederastia, una de las cuales es el único miembro que no se encuentra en prisión provisional y, por el contrario, sigue vistiendo la toga y perteneciendo al Ministerio Fiscal; su nombre: José Grinda González y ha sido acusado por dos causas de pederastia, acusación realizada nada menos, que por exfiscal de la Audiencia Nacional, Ignacio Peláez, quien, además, se personó como acusación particular.

Debería establecerse una responsabilidad civil y penal para los jueces que dejan en libertad a detenidos de esta calaña, por estos delitos y con condenas en firme, de modo y manera que si delinquieran durante su libertad provisional, pudiera imputarse al juez (la juez en este caso) responsabilidades por prevaricación y/o dejación de funciones con gravísimos resultados.

Los dos pederastas puestos en libertad por esta juez "tan particular" ya fueron condenados en noviembre de 1996 por la sección quinta de la Audiencia Provincial de Valencia por su pertenencia a una red de pederastia y pornografía infantil desmantelada por la Policía Nacional dos años antes.

Martín Rafael Chanzá fue condenado por la misma red, que estuvo grabando actos sexuales con menores entre 1986 y 1994, cuando ambos fueron detenidos y a su compañero de depravaciones, José Cardona se le probaron diez delitos de utilización de menores para grabar pornografía infantil y un delito de prostitución de un menor discapacitado. Pero claro, ya entonces, los 23 años iniciales de condena se quedaron solamente en 6 cuando el Tribunal Supremo confirmó parcialmente la condena al año siguiente.

Y nada más salir de la prisión ambos degenerados volvieron a sus actividades pedófilas, tal y como demostraron las pruebas presentadas por los agentes investigaciones de la UCO de la Guardia Civil.

Seguro que por estas puestas en libertad de pederastas ya condenados no alzarán su voz los líderes de izquierda ni tomarán las calles las femipodemitas.