El Splitting es un mecanismo de defensa que opera de manera inconsciente. Lo usual es que se forme durante la niñez, si los padres se mostraban demasiado contradictorios o tenían cambios de humor súbitos e inexplicables para el niño.

cabezas contrapuestas
Splitting es un nombre sofisticado para una conducta que no lo es tanto. Hace referencia a esa actitud que presentan algunas personas, según la cual todo lo que se observa y sucede es blanco o negro. O que dicen que si no tienen todo, entonces no tienen nada. O que afirman que si algo no es bueno, entonces es malo. En una palabra, los aficionados a los extremos.

Quienes piensan y sienten de esta manera no creen que están en un error. Se consideran más bien personas definidas, a las que no les gustan las medias tintas. Sin embargo, esta forma de ver el mundo sí suele traerles dificultades y sufrimientos. Por lo general, se lamentan mucho de aquello que perciben como una falta de claridad en las demás personas y situaciones.

Los que son víctimas del splitting se enojan frecuentemente. Muchas veces se sienten defraudados porque pasan de la idealización a la devaluación de las personas y de las situaciones, con rapidez. Como ese purismo solo habita en su mente y en sus deseos, se desilusionan repetidamente. Por desgracia, todo esto ocurre inconscientemente y por eso no se dan cuenta de que es su propia perspectiva la que les hace daño.

El origen del splitting

Nadie cae en el splitting porque sí. Tampoco desarrollan esa perspectiva extremista porque la encuentran maravillosa. Lo que hay detrás de esta actitud es un profundo anhelo de certezas y un enorme deseo de contar con bases sólidas para mirar el mundo y posicionarse en él.

Es muy usual que detrás del splitting haya una infancia difícil, al lado de unos padres disfuncionales. El origen de esta forma de ver la vida está, muy probablemente, en esas figuras de autoridad en la niñez, que se mostraban impredecibles y erráticas. Hoy podían estar de excelente humor y ser amorosas, pero dos días después se mostraban intolerantes frente a las más absurdas pequeñeces.

Este tipo de contextos usualmente se convierten en un obstáculo para el pleno desarrollo moral, lo cual a su vez implica un estancamiento cognitivo. En otras palabras, en un entorno de ese estilo resulta muy difícil aprender qué es lo bueno y lo malo. Mucho más difícil todavía matizar la amplia gama que hay entre uno y otro extremo.

El splitting, un mecanismo de defensa

Ver en blanco y negro el mundo es una forma de defendernos de esa inestabilidad e imprecisión, que nos confundió tanto cuando éramos niños. Respondemos a lo incomprensible de esas conductas erráticas de nuestros padres, con una especie de sobrecompensación. A la falta de claridad nuestra mente responde tratando de generar la claridad absoluta. Se es o no se es. O blanco, o negro.

Cuando alguien es víctima del splitting no logra reunir sus sentimientos positivos y negativos en un mismo saco. Adora a alguien y luego lo odia. O al revés. Cree en todo lo que le dicen o no cree en nada de lo que le expresan. No lo hacen deliberadamente. Se trata de un mecanismo que aparece automáticamente cuando asoma la ambigüedad o la paradoja. Esa incertidumbre les ocasiona dolor emocional y responden radicalizándose.

A quienes tienen este tipo de comportamientos les cuesta mucho trabajo establecer empatía con los demás. De hecho, les cuesta mucho comprenderse a sí mismos. Sin embargo, suelen proyecta esa falta de comprensión hacia los otros. Por eso les dicen que son ellos, con sus altibajos, quienes se equivocan. No notan que su esquema condena al error a todos.

Superar la dificultad

Como suele ocurrir en el mundo de lo psicológico, no todas las personas viven de la misma manera el splitting. Ni en contenido, ni en intensidad. En principio, si piensas que este fenómeno está presente en tu vida, sería bueno intentar algo que podría funcionar: evita decir las palabras que sean demasiado categóricas. "Siempre, nunca, malo bueno, etc.". Busca términos más precisos para calificar el mundo.

Cuando el splitting es mucho más marcado, es posible que la anterior técnica no sirva demasiado. En esos casos se requiere de atención profesional para quitar del camino esos obstáculos que impiden la plena maduración ética, emocional y cognitiva. Es necesario reestructurar nuestra perspectiva para hacerla más realista.

Conclusión

Todos quisiéramos que la realidad fuera más simple, pero no lo es. Entre el blanco y el negro hay una gama demasiado amplia de grises. Cada persona y aspecto de la realidad tiene muchas facetas. Se puede ser bueno y malo, inteligente y torpe, feliz e infeliz al mismo tiempo. Lo propio de lo humano es precisamente eso: una amplia gama cromática más allá del blanco y el negro.