China está tratando de aislar una ciudad de 11 millones de personas considerada el epicentro de un nuevo brote de coronavirus que ha matado a 17 personas y ha infectado a casi 600, mientras las autoridades sanitarias de todo el mundo se esfuerzan por impedir una pandemia mundial.
Estación de Tren Hong Kong
© REUTERS/Tyrone SiuLos pasajeros llevan máscaras para prevenir un brote de un nuevo coronavirus en la Estación de Tren de Alta Velocidad de Hong Kong West Kowloon, en Hong Kong, China, el 23 de enero de 2020.
Los responsables sanitarios temen que la tasa de transmisión se acelere, ya que cientos de millones de chinos se desplazarán tanto en el país como en el extranjero durante las vacaciones del Año Nuevo Lunar, que comienza el sábado.

Se cree que la cepa del virus, hasta ahora desconocida, surgió a finales del año pasado del comercio ilegal de animales salvajes en un mercado de la ciudad de Wuhan, en la región central de China.

Se han detectado casos en lugares tan lejanos como Estados Unidos, lo que fomenta el temor a que el virus ya se esté propagando por todo el mundo.

El gobierno local de Wuhan dijo que cerraría todas las redes de transporte urbano y suspendería los vuelos con origen en la ciudad a partir de las 10 a.m. (0200 GMT) del jueves, según medios de comunicación estatales. Sin embargo, medios nacionales dijeron que algunas aerolíneas estaban operando después de la fecha límite.

Medios estatales transmitieron imágenes de uno de los centros de transporte más importantes de Wuhan, la estación de ferrocarril de Hankou, casi desierta, con las puertas bloqueadas o enrejadas. El Gobierno ha pedido a los ciudadanos que no abandonen la ciudad, salvo en circunstancias especiales.

Había guardias patrullando las principales carreteras, dijo un residente a Reuters, aunque el aviso de cuarentena no aludía a la salida de coches privados de la ciudad, mientras que los vídeos de las redes sociales mostraban largas colas en las gasolineras.

En contraste con su secretismo sobre el Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS) del 2002-03 que mató a casi 800 personas, el Gobierno comunista de China ha proporcionado esta vez actualizaciones periódicas para evitar el pánico antes de las festividades.

Las autoridades han confirmado 571 casos y 17 muertes hasta última hora del miércoles, según la Comisión Nacional de Salud de China. Antes había comunicado que se habían reportado otros 393 casos sospechosos.

De los ocho casos conocidos en todo el mundo, Tailandia ha confirmado cuatro, mientras que Japón, Corea del Sur, Taiwán y los Estados Unidos han registrado uno cada uno.

Al menos 16 personas que tuvieron contacto cercano con un hombre del estado de Washington diagnosticado con el virus están en observación.

(Información de Yawen Chen y Se Young Lee en Pekín, Sam Shen y Engen Tham en Shanghái, Ben Blanchard en Taiwán, Alison Lui y Donny Kwok en Hong Kong, John Geddie y Aradhana Aravindan en Singapur; escrito por Michael Perry; editado por Stephen Coates y Clarence Fernandez; traducido por Tomás Cobos)