Caracas y Bogotá iniciaron una nueva etapa en sus relaciones con varios desafíos, entre ellos el de vencer la hostilidad, la violencia y los planes de desestabilización que desde algunos sectores en Colombia se impulsan contra el Gobierno de Nicolás Maduro.
Gustavo Petro
© Gentileza Prensa Gustavo Petro
Pero, el 18 de agosto, el mandatario venezolano denunció que un incendio registrado en un galpón con insumos médicos en el oeste de Caracas fue provocado por grupos terroristas entrenados en territorio colombiano bajo la protección del expresidente Iván Duque (2018-2022).

Esto, en medio del restablecimiento gradual de las relaciones, reavivó el debate sobre la agenda violenta que se gestó en los últimos años desde Colombia, bajo el auspicio de EEUU.

"Yo creo que las actividades terroristas, las actividades criminales desatadas de Colombia contra Venezuela, no van a parar, indistinto que [el presidente de Colombia, Gustavo] Petro esté", indicó a la Agencia Sputnik el director Nacional de la Asociación Civil Colombianos en Venezuela, Juan Carlos Tanus.

El siniestro del almacén con tratamientos médicos no es la primera agresión que Maduro atribuyó a Duque. En mayo también aseguró que él era responsable del ataque contra infraestructuras de la industria petrolera y eléctrica de su país.

Asimismo, un mes más tarde lo acusó de gestar un plan contra los cuerpos de seguridad del Estado venezolano.

Previo a esto, en reiteradas ocasiones Maduro responsabilizó al exmandatario colombiano de apoyar planes desestabilizadores contra su Gobierno y de ataques directos, tales como el intento de magnicidio en agosto de 2018.

A esta lista también se suma lo que Maduro calificó de intento de invasión a Venezuela en 2019, liderado por el exdiputado Juan Guaidó bajo el argumento de ingresar ayuda humanitaria por la frontera con Colombia, acción que generó la ruptura de las relaciones comerciales, políticas y diplomáticas entre Caracas y Bogotá.

Plan de EEUU

El representante de la comunidad colombiana en Venezuela consideró que estas acciones responden a un plan de EEUU contra Venezuela, el cual seguirá su curso, pese a la postura y acciones que emprenda la administración de Petro.
"Una cosa es que la Casa de Nariño [sede del Gobierno colombiano] esté en contra de esas acciones, le ponga mano dura, frene la acción y otra cosa es que el Plan desde los EEUU para controlar bajo una política injerencista, los recursos naturales de Venezuela, sigue su curso", enfatizó.
A juicio de Tanus, tras el reconocimiento de Petro sobre la política injerencista que EEUU ejerce en su país, la Casa Blanca se siente debilitada, y aseguró que desarrollará acciones en cubierto para crear inestabilidad entre dos los países suramericanos.
"El Gobierno de Petro ha ratificado (...) que la política estadounidense en Colombia es altamente injerencista, a partir de allí EEUU se siente debilitado y van a necesitar generar proceso de operaciones en cubierto para mantener la desestabilización en lo interno de Colombia y en la frontera y llegar a territorio venezolano", recalcó.
El activista de derechos humanos y de los migrantes también resaltó que en Colombia no se ha desarticulado, ni fraccionado las posiciones que hay dentro de la cúpula militar de ese país contra Venezuela.

Con la asunción de Petro el 7 de agosto, Caracas y Bogotá iniciaron una fase en sus relaciones que incluye el restablecimiento gradual de la diplomacia y la actividad comercial.

Ambos mandatarios designaron a sus representantes en las embajadas de cada país, con la intención de reactivar las actividades consulares suspendidas desde 2019.

Tras ser consultado sobre la decisión de ambos gobiernos, Tanus expresó que la medida contribuye a resarcir los derechos y el daño causado a sus connacionales en Venezuela y a los ciudadanos de la nación caribeña que hacen vida en Colombia.