El Presidente de Irán también dudó del atentado del 11S a sólo Mil metros de la zona cero. De todas maneras esto no fue nada frente a todo lo que increpó al Imperialismo. La delegación de EEUU y la UE se fue, así como todos sus lacayos y lamebotas....29 en total.


En una de sus más provocadoras y conseguidas actuaciones en la ONU, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, ha dado lugar a una desbandada general en el foro de la Asamblea General al volver a poner en duda el Holocausto y referirse al 11-S como "ese misterioso incidente", entre otras descalificaciones a Estados Unidos que arruinan cualquier ilusión del Imperialismo.

El discurso de Ahmadineyad ha sorprendido por su dureza y, además de reabrir un litigio que parecía relativamente dormido en los últimos meses, obliga a preguntarse sobre su significado.

Todos esperaban un discurso amigo. No fue así. Después de varios minutos dedicados a resaltar la divinidad del ser humano y la presencia de Dios en todo aquello que crea el hombre, incluida la ONU, ha arremetido ferozmente contra EE UU, a quien recordó la esclavitud, el uso de bombas atómicas, la guerra de Vietnam, entre otros episodios, y al que culpa de la recesión económica que vive hoy el mundo.

Todo eso forma parte del repertorio habitual de los discursos de Ahmadineyad, y solo ha molestado en la medida en que era el indicador de que Ahmedineyad no venía a Nueva York precisamente a hacer amigos.

Pero lo que forzó que la delegación norteamericana recogiera su carpeta y abandonara la sala fue la alusión del líder iraní a que EE UU había "utilizado ese misterioso suceso del 11-S como pretexto para atacar a Irak y Afganistán".

Las teorías conspirativas sobre el 11-S, del que se acaba de cumplir el décimo aniversario, se han escuchado muchas veces y en muchos sitios. Ahora han resonado en la tribuna de la ONU, en Nueva York, a un par de kilómetros de la Zona Cero, y en la inauguración de una Asamblea General, probablemente el momento estelar de la política internacional cada año.

Tras EE UU, y ante la evidencia de que la oratoria de Ahmadineyad no se templaba, se ha levantado los representantes de Francia, y después de ellos, los de los demás países europeos y de otros continentes que igualmente se sentían heridos por las palabras del presidente iraní, quien no solo ha atacado a EE UU sino a "la ideología sionista" que lo invade todo y a los judíos como tal.

No se puede entender de otra manera su nueva alusión de que "usando las redes de medios de comunicación imperialistas que están bajo la influencia del colonialismo, poderes arrogantes amenazan a quienes cuestionan el Holocausto y el 11-S con sanciones y acciones militares".

Ahmadineyad ya provocó la ira y consternación mundial cuando en 2005 dijo en este mismo foro que "han creado un mito en el nombre del Holocausto". Pero desde esa fecha daba la impresión de que el presidente iraní había moderado hacia posiciones más prudentes y representaba, en realidad, el rostro más amigable del régimen iraní. Antes de llegar a Nueva York ha concedido entrevistas a medios norteamericanos en las que incluso se muestra relativamente conciliador en lo que se refiere al programa nuclear de Irán.

Tras el discurso de hoy, ese problema cobra de nuevo vigencia y urgencia. Obama mencionó ayer en su discurso en la Asamblea que la comunidad internacional tenía derecho a conocer qué esconde la investigación nuclear iraní. La semana pasada, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), dependiente de la ONU, advertía del riesgo de que el Gobierno de Irán hiciera un uso militar de su desarrollo nuclear.

Es muy posible que exista alguna conexión entre ese asunto y el tono empleado hoy por Ahmadineyad en su discurso. Puede ser, o bien un mensaje a EE UU de que no existe ninguna posibilidad de negociación en materia nuclear, o una señal a los ayatolás en Teherán de que no se ha "vendido" a Occidente. O bien las dos cosas al mismo tiempo. La complejidad y el oscurantismo de la política interna iraní permiten especular con cualquier conjetura.

Es, en todo caso, una mala noticia para Barack Obama, que no solo tendrá que enfrentarse a la realidad acuciante de ese conflicto, sino a la presión política doméstica por no haber sido hasta ahora más enérgico con Ahmadineyad. Sarah Palin ha dicho en la víspera de este discurso que Obama no debería haberle permitido al presidente iraní acercarse a la ONU, una opinión que seguramente comparten la gran mayoría de los candidatos presidenciales republicanos, con gran ignorancia de las reglas de funcionamiento de esta organización y de los límites de los poderes presidenciales.

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En su discurso, el mandatario criticó a Estados Unidos por haber ordenado la muerte del terrorista, Osama Bin Laden, en vez de llevarlo ante la Justicia. "La hipocresía y el engaño están permitidos para garantizar sus intereses y objetivos imperialistas", manifestó.

La delegación estadounidenses decidió salir de la sala cuando el presidente iraní condenó el papel de su país en las guerras y en la crisis financiera. Los representantes de la UE los siguieron en señal de protesta.

Tapones de punta

Ahmadinejad calificó a Estados Unidos, y a las demás potencias europeas, incluyendo a Israel, de tener "poderes arrogantes, de defender los totalitarismos y ser los causantes de las desigualdades sociales y de la recesión económica global". "Después de seis décadas todavía utilizan el Holocausto como excusa para pagar a los sionistas. Deberían ser los maestros de la esclavitud", agregó.