Casi 200 años después de la muerte de Ludwig van Beethoven, los investigadores extrajeron ADN de mechones de su cabellera en busca de pistas sobre los problemas de salud y la pérdida de audición que le aquejaban.

Una estatua del mundialmente famoso compositor Ludwig van Beethoven se alza en el centro de su ciudad natal, Bonn (Alemania).
No pudieron resolver el caso de la sordera o las graves dolencias estomacales del compositor alemán. Pero sí hallaron un riesgo genético de enfermedad hepática, además de una infección de hepatitis B que dañó el hígado en los últimos meses de su vida.
Según un estudio publicado el miércoles en la revista Current Biology, estos factores, junto con su consumo crónico de alcohol, fueron probablemente suficientes para causar la insuficiencia hepática que se cree que le mató.