Un análisis del recorrido del acuerdo durante las últimas semanas y de los textos firmados finalmente demuestra que, en todo caso, la victoria de la Comisión y sus aliados es una victoria pírrica.
Jean-Claude Juncker, Justin Trudeau, Donald Tusk y el primer ministro eslovaco, Robert Fico, riéndose durante la firma del CETA este domingo 30 de octubre.
El CETA está firmado: la UE y Canadá plasmaron su firma el domingo 30 de octubre en Bruselas. "Lo conseguimos", dijo la ministra de Comercio de Canadá, Chrystia Freeland, a punto de saltar de alegría entre las sonrisas de los políticos presentes en la Cumbre de última hora convocada tras la 'rendición' de Valonia, la región belga que durante dos semanas ha bloqueado el Acuerdo Económico y Comercial Global entre la UE y Canadá.
La puesta en escena y el lenguaje corporal mostraron que la Comisión Europea, los gobiernos del continente y el canadiense y las grandes empresas que han empujado por este Tratado Comercial han salvado un momento crítico. La política comercial comunitaria "ha recuperado su credibilidad", decía aliviada su responsable en la UE, la comisaria sueca Cecilia Malmström, mientras se escenificaba lo que aparentemente ha sido una victoria frente a sindicatos, organizaciones sociales o ecologistas y sobre Valonia,
la pequeña aldea gala del siglo XXI que puso contra las cuerdas al mismísimo Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea.
Pero, ¿realmente han ganado los que apostaban por el tratado? ¿Han sido en vano los esfuerzos de las campañas de las organizaciones sociales y la izquierda europea? Un análisis del recorrido del acuerdo en las últimas semanas y de los textos firmados finalmente demuestra que, en todo caso, la victoria de la Comisión y sus aliados es una victoria pírrica.
Comentario: ¿Cómo se puede confiar en un gobierno que atenta contra su propia población? Como se ha dicho en numerosos medios los grupos terroristas principales no serían lo que son si no tuvieran el apoyo de personas que se encuentran en las altas esferas del poder. Solo piense, ¿qué impacto tendría un atentado justo antes de las elecciones? ¿No sería la estrategia perfecta para poner a Clinton como la mejor posibilidad ya que dice que va a luchar contra el terrorismo (que ella misma apoya)?
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