La Ciencia del Espíritu
Expertos en ciencia, psicología y literatura inglesa de la Universidad de Liverpool (Gran Bretaña) monitorizaron la actividad cerebral de treinta voluntarios que leyeron primero fragmentos de textos clásicos y después esos mismos pasajes traducidos al lenguaje coloquial.
Los resultados, que se presentarán esta semana en una conferencia y adelanta el Daily Telegraph, muestran que la actividad cerebral se dispara cuando el lector encuentra palabras inusuales o frases con una estructura semántica compleja, pero no reacciona cuando ese mismo contenido se expresa con fórmulas de uso diario.
Sin duda dos de los títulos mayores del llamado género distópico - ese en el que la utopía deviene terror totalitario - son Brave New World (traducida habitualmente como Un mundo feliz), de Aldous Huxley, y la más insigne, Nineteen Eighty-Four (1984), de George Orwell.
Curiosamente, ambas novelas son casi contemporáneas: Huxley publicó la suya en 1932 y Orwell en 1949, diecisiete años de diferencia que si bien no son pocos, las sitúan en una serie de circunstancias similares de concepción y recepción entre los lectores - incluyendo a los propios autores: en su momento, ambos leyeron sus respectivas novelas.
Aunque parezca ciencia ficción, un grupo de físicos de la Universidad de Washington ha conseguido ahora diseñar un test para probar la veracidad de esta afirmación.
La idea de que la humanidad podría estar viviendo en el interior de un universo artificial surgió en un artículo de Nick Bostrom, profesor de Filosofía de la Universidad de Oxford. El trabajo se publicó en 2003 en la revista Philosophical Quarterly y desde entonces no ha dejado a nadie indiferente.
El cruce de sentidos es uno de los fenómenos más extraños que puede desarrollar el cerebro humano, el intercambio de habilidades que supuestamente están confinadas a un solo sistema: el visual, el auditivo, el olfativo, el táctil, el del paladar.
Sin embargo, por razones que no se han aclarado del todo, en ciertas personas ocurre el trastorno conocido como "sinestesia", que el gran Baudelaire y otros poetas absínticos del siglo XIX elevaran a categoría de motivo literario: el hecho de, efectivamente, sentir algo con un sentido distinto al que debería corresponderle.
El concepto de IQ - coeficiente intelectual - es, paradójicamente, uno de los más elogiados y al mismo tiempo más cuestionados, un término que supuestamente redujo a una escala cuantificable la inteligencia humana y que, por esto mismo, se consideró insuficiente e incluso injusto en la medida en que pretende estandarizar una de las cualidades más heterogéneas y proteicas del ser humano.

Según las últimas investigaciones, parece que Bret Easton Ellis no estaba tan desencaminado con 'American Psycho'.
Una lista que casi pasó desapercibida hasta que Erick Barker la recuperase en las páginas de Business Insider y, gracias a ello, comenzase a recibir una nueva visibilidad. El autor recordaba que no debemos identificar la psicopatía con "la gente que te va a cortar por la mitad con una sierra eléctrica", tal como el cine nos ha recordado en repetidas ocasiones. Más bien, se trata de un desorden de la personalidad que se relaciona, como asegura la definición, con "unas emociones superficiales", es decir, "con un menor miedo y tolerancia al estrés, falta de empatía, insensibilidad, ausencia de culpa, egocentrismo, manipulación, irresponsabilidad, impulsividad y comportamientos antisociales como un estilo de vida parasitario y criminalidad". Solo en contados casos, tales características pueden derivar en un crimen o asesinato.
No es fácil para un pez distinguir entre un enorme acuario y el océano abierto. En el acuario todo está diseñado para que parezca el océano; rocas, algas, arena, otros animales acuáticos, ... , en fin, todo es parte de una verdadera obra maestra deliberadamente confeccionada para que el pez crea vivir libremente en el océano, crea elegir hacia dónde ir, cuándo comer, o dormir.
¿Alcanza usted a ver las paredes vidriadas de la pecera en la que habita? Lo invitamos a descubrirlas...
De frente al espejo
¿Qué ve usted cuando se mira al espejo? ¿Ve acaso a un sujeto de ideas liberales que cree en la libertad de acción del individuo sobre todas las cosas? ¿o tal vez vea a alguien que no tolera las asimetrías de este mundo capitalista, y es partidario de una autoridad soberana ocupada de arbitrar la distribución de la riqueza? Quizá no vea a ninguno de los dos porque a usted no le gustan las asimetrías pero le gusta su "libertad", entonces usted talvez vea a un anarquista. O, quién sabe, en una de esas usted ama a su patria, y cree que vale la pena perder ciertas libertades para que su país sea el mejor de todos y le muestre al mundo su superioridad... No, déjeme adivinar, en realidad usted simpatiza un poco con varias de esas ideas. Entonces quizá frente al espejo usted se encuentre con un anarcocomunista, o un anarcoliberal, o un liberal moderado, o un neoliberal, o un ordoliberal, o un fascista, o un neofascisliberalcomunifalangista de la corriente feminista radical... Por favor, no se ría, podemos seguir ad nauseum con esta ridícula lista. Hay casi un "paquetito de ideas" destinado para cada individuo sobre el planeta. Y lo más interesante es que esto no acaba con sus ideales político/sociales, sino que se extiende prácticamente a cada ámbito de la vida.
No hace mucho en un artículo de Enfoque SOTT, Gregory James escribía:
Mientras se esté sumergido en el mundo mecánico, es ciertamente fácil comprar lo que sea que se esté vendiendo porque esa es la norma - es lo que se pasa por "realidad", y si estamos en desacuerdo, es a menudo porque tenemos otra ideología igualmente falaz a la cual nos aferramos y la cual nos da el confort de pensar que tenemos "mayor conocimiento". Esa es la tarea de la COINTELPRO, de la desinformación mediática y de mucho del movimiento de la Nueva Era. Si no nos gusta una idea, existen muchas otras igualmente infundadas y no corroboradas de las cuales escoger. Y, desafortunadamente, la desinformación se propaga como semillas en un jardín abandonado; abandonado porque la verdadera información y conocimientos dejan de cultivarse.Y el asunto es más grave aún, pues para cualquier identificación o afinidad que usted sienta, hay un "combo" de ideas de regalo; es como un comercial de esos donde usted compra uno y lleva dos.
Imagínese los "regalitos" que ha recibido sin saberlo de la religión y su entorno cultural...

El inglés Alun Morgan utiliza un diccionario para volver a aprender inglés después de levantarse de un accidente cerebrovascular hablando galés. Foto de archivo.
Alun Morgan, de 81 años, vive en Somerset, pero pasó algún tiempo en Gales hace 70 años, cuando era un niño y fue transportado allí durante la Segunda Guerra Mundial.
Aunque nunca aprendió a hablar galés en la edad adulta, habló este idioma antes de los 10 años. Una explicación es que adoptó el idioma sin darse cuenta y esta habilidad ahora se desbloqueó.
No es casualidad que tengamos un refrán para casi todo. En realidad el extenso refranero refleja la tendencia de nuestro cerebro a dejarse guiar por aquellas creencias que con alta probabilidad funcionan. Tampoco es casualidad que ante una decisión importante pidamos consejo a las personas de nuestra confianza. Refranes y consejos hacen las veces de protocolos que nos indican cómo actuar en cada ocasión sin tener que tomarnos la molestia de poner en marcha un complicado proceso de toma de decisiones en cada ocasión. Se trata de atajos de pensamiento o heurísticos, que nos indican cómo actuar en cada ocasión sin tener que pensarlo mucho.
Investigadores de la Universidad de Brown, en Rhode Island (Estados Unidos), han descubierto que nuestra tendencia a seguir los consejos ya sea del refranero o de otras personas está determinada por nuestros genes, como explicaron en el Journal of Neuroscience.
En nuestro cerebro hay dos regiones con «puntos de vista diferentes» sobre cuánto debe influir en nuestra forma de pensar la información que recibimos, explica Michael Frank, uno de los neurocientíficos participantes en el estudio. Por un lado tenemos a la corteza prefrontal, situada detrás de la frente. Esta zona se encarga de la planificación de conductas complejas, la conducta social, algunos aspectos del lenguaje y está implicada también en la personalidad. «Prefiere» tenerlo todo bajo control y suele hacer caso a los consejos y creencias.
El hocico de la perra quedó destrozado cuando Kabang, en un acto que la convirtió en una auténtica heroína, en febrero de 2012 se arrojó delante de una motocicleta que iba a velocidad excesiva y que estaba a punto de arrollar a las dos niñas de la familia donde vivía, de once y de tres años edad.