Traducido por el equipo de Sott.netDesde una perspectiva neurológica y evolutiva, la música es fascinante. Parece haber una apreciación biológica profundamente arraigada por la tonalidad, el ritmo y la melodía. Las personas no sólo encuentran placenteras ciertas secuencias de sonidos, sino que también pueden evocar poderosas emociones. La música puede ser alegre, triste, pacífica, premonitoria, enérgica o cómica. ¿A qué se debe esto?
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La música también es profundamente cultural, ya que las distintas culturas han desarrollado de forma independiente formas de música muy diferentes entre sí. Todas las culturas humanas tienen música, así que la pregunta es: ¿hasta qué punto los detalles de la apreciación musical son universales o específicos de cada cultura?
En la música occidental, por ejemplo, hay escalas menores y mayores, acordes y claves. Esto se refiere a las combinaciones de notas o intervalos entre ellas. La música en clave menor tiende a evocar emociones de tristeza o presentimiento, mientras que las de clave mayor tienden a evocar felicidad o luminosidad. ¿Cualquier persona de cualquier cultura interpretaría la música en clave mayor y menor de la misma manera? Las investigaciones sugieren que los efectos emocionales de las tonalidades mayores y menores son universales, pero
un estudio reciente arroja algunas dudas sobre esta conclusión.
Los investigadores analizaron diferentes subpoblaciones de personas en Papúa Nueva Guinea, y tanto músicos como no músicos en Australia. Eligieron Papúa Nueva Guinea porque sus habitantes comparten una tradición musical común, pero su exposición a la música y la cultura occidentales varía. El experimento fue sencillo: se expuso a los sujetos a música mayor y menor y se les pidió que indicaran si les hacía sentir felices o tristes (la llamada "valencia" emocional). Todos los grupos tenían la misma valencia emocional en respuesta a la música mayor y menor, excepto uno.
El único grupo que no había estado expuesto a la cultura y la música occidentales no tuvo la misma reacción emocional ante la música.Los autores concluyen que, al menos hasta cierto punto,
la valencia emocional de los distintos tipos de música es un lenguaje culturalmente aprendido. Sin embargo, también señalan que este único estudio no descarta que la apreciación musical sea universal. Pero sí pone en duda esa conclusión, al menos en cierta medida. ¿Cómo encaja esto en nuestras teorías actuales sobre la evolución de la música?
Comentario: Entrevista del Dr. Mercola con el Prof. Desmet: (en inglés)
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