¡No, tus dirigentes no son benévolos contigo!
Desde hace mucho tiempo, las «élites» actúan disfrazadas para hacer avanzar su proyecto global, que puede dividirse en cinco objetivos principales que se están aplicando simultáneamente en todo el planeta:
- Condicionar a la gente y mentirle: El advenimiento de la Revolución Francesa supuso un hito importante, pues fue un terremoto cuya miasma sigue infestando el aire que respiramos hasta nuestros días; En la estela de esta Revolución burguesa, la segunda mitad del siglo XIX vio el advenimiento de una noción completamente ajena a la naturaleza de las cosas y al curso de la vida, que sus creadores llamaron «progresismo», beneficiándose al mismo tiempo de diversos descubrimientos técnicos y de una teoría descabellada, el evolucionismo, que intentaba demostrar que la especie humana descendía del mono.
- Destruir las sociedades tradicionales, empezando por todo lo que puede mantenerlas en pie y puede unir a los hombres y mujeres que forman parte de ellas: religiones, símbolos, historia compartida, educación, formación, empresas y proyectos de futuro, valores positivos de ayuda mutua, identidad, reparto, destino, connivencia, benevolencia, en definitiva, todo lo que puede mantener el sentimiento de pertenencia a una comunidad y que constituye la fuerza misma de esa comunidad.
- Apropiarse de las tierras y de la propiedad privada de los miembros de estas sociedades tradicionales por cualquier medio.
- Reducir físicamente sus poblaciones por cualquier medio.
- Convertir a los supervivientes en robots o utilizarlos como esclavos.
Comentario: Lo que no ocurrió podría haber ocurrido. La planificación lo dice todo. ¿La próxima vez?