El mercurio y otros contaminantes utilizados por la minería informal ya han destruido más de 32,000 hectáreas de bosques de Madre de Dios y contaminado gravemente varios ríos de la región.

bosques en Madre de Dios
© Andina / Jack Ramón.
Perú. De acuerdo con el informe Minería aurífera en Madre de Dios y contaminación con mercurio: una bomba de tiempo, presentado en 2011, en Madre de Dios se calcula que hay más de 30,000 mineros operando con equipos cada vez más pesados y sofisticados, como cargadores frontales, camiones y dragas de diverso tipo.

Esta situación genera una creciente conflictividad ambiental y social, ya que el 99 por ciento de las operaciones mineras son informales, y más de 1,546 petitorios mineros se superponen con áreas naturales protegidas, sus zonas de amortiguamiento y en tierras de pueblos indígenas.

El mercurio utilizado para la amalgamación del oro por los mineros es evaporado y arrastrado al suelo y a los cuerpos de agua por las lluvias, donde se transforma en metilmercurio, una forma de mercurio mucho más tóxica.

Mediante los procesos de bioacumulación y biomagnificación, el metilmercurio ingresa en los organismos vivos, donde se elimina difícilmente. Los efectos del metilmercurio en los seres humanos incluyen daños severos al sistema nervioso, malformaciones congénitas e incluso la muerte.

Además, en los últimos 20 años más de 3,000 toneladas de mercurio fueron arrojadas a los ríos amazónicos, contaminando el agua, a los peces y a las poblaciones humanas, que consumen el agua y el pescado.

La minería ilegal también destruye el paisaje, la fauna y la flora, afectando la industria turística, que representa una importante fuente de ingresos para muchas regiones amazónicas, y en Madre de Dios es la primera actividad económica formal.

El año pasado, en una intervención conjunta en la que participaron más de 1,500 agentes de la Policía Nacional, la Dirección General de Capitanías y las Fuerzas Armadas lograron acabar con 110 dragas que estaban destruyendo los ríos de las provincias de Tambopata, Manu y Tahuamanu.

La operación, denominada Aurum I, buscaba desmantelar las maquinarias de extracción aurífera y detener el tráfico de su principal insumo: el petróleo. En el gigantesco operativo se utilizaron cinco helicópteros y cerca de 20 embarcaciones fluviales, entre lanchas y botes especiales.

Se decomisaron decenas de motores para minería que operaban en el sector de La Pampa, entre los kilómetros 103 y 117 de la carretera Interoceánica.

El Ministerio de Defensa informó que la operación Aurum I también involucró a otros sectores como el Ministerio del Ambiente, del Interior, Agricultura y de la Mujer, que tienen como tarea formalizar la presencia del Estado en la zona.

Daños que genera la minería ilegal:

Ambientales
Contaminación de la zona por mercurio y otros metales pesados.
Alteración del cauce de los ríos y destrucción de los hábitats acuáticos.
Destrucción de la vegetación ribereña y de bosques.
Destrucción de tierras agrícolas aluviales.
Deterioro de la calidad del agua.

Sociales
Aparición de asentamientos precarios.
Trata de personas con fines de explotación laboral y de menores.
Precariedad en los servicios de salud y educación.
Proliferación de enfermedades.
Trata con fines de prostitución o extracción de órganos.

Económicos
Evasión de impuestos.
Interferencia directa sobre otras actividades económicas como el ecoturismo, la agricultura, las actividades forestales.
Afectación de zonas destinadas para la investigación científica.

Seguridad
Informalidad e ilegalidad.
Pérdida del principio de autoridad.
Conflictos socioambientales.

(*) Estudio del Ministerio de Producción y del Ministerio de Salud.