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Wisconsin, EE.UU. - Un video de la Policía de Wisconsin publicado el martes muestra a una joven famélica de 15 años vestida con una sudadera de talla grande abrazando a su conejo de peluche, frotándose los ojos ocasionalmente y describiendo con voz baja los años de presunto abuso y hambruna a los que sus padres la sometieron.

La adolescente dice a un detective que pasó muchos años principalmente encerrada en el sótano y que comía de la basura o del piso porque siempre tenía hambre.

"Simplemente tuve que hacerlo", dice en un punto antes de estallar en llanto. "Simplemente no me gustaría regresar ahí".

El video fue grabado cuatro días después del seis de febrero, cuando unos conductores reportaron haber visto a la joven - que pesa apenas 31 kilos (70 libras) - llorando, caminando descalza y vestida con una delgada pijama en la fría intemperie. Es tan pequeña que un hombre la confundió con una niña de ocho años.

En el video, la chica viste una sudadera rosa tan holgada que hace difícil calcular su talla.

Los fiscales reprodujeron el video de dos horas el martes como evidencia en una audiencia preliminar para el padre y la madrastra de la joven, quienes están acusados de abuso infantil, negligencia infantil e imprudencia peligrosa.

El abogado William Hayes, que representa al padre, comentó en la audiencia que alegaría que la chica padece de su salud mental. Dijo que vio sus acusaciones y que "la palabra 'tonterías' llegaba a su mente". No dio detalles cuando terminó la audiencia.

Una juez ordenó que el video se divulgara después de que los fiscales se negaron a mostrarlo en la corte. La jueza Amy Smith tomó la decisión pese a las objeciones de los fiscales que querían proteger la intimidad de la menor y los abogados de la defensa que temían que el video pudiera prejuiciar a los jurados potenciales.

En un caso por separado, el hermanastro de 18 años de la chica fue acusado de abuso infantil y agresión sexual por supuestamente obligarla a practicarle sexo oral varias veces.

The Associated Press no acostumbra revelar los nombres de las presuntas víctimas de agresión sexual ni de los acusados para proteger la identidad de los afectados.