Cazadores furtivos sudaneses y chadianos mataron desde enero a más de 500 elefantes en el noreste de Camerún, en el parque nacional de Bouba Ndjidda, indicó este domingo a la AFP el administrador del centro turístico de esta reserva.

"Hay más de 500 elefantes muertos", afirmó Paul Bour, director del centro turístico del parque. "Hay gente que dice que los cazadores furtivos hicieron la cuenta (y llegaron) a 650" elefantes muertos en total, agregó, calificando esta estimación de "plausible".

El gobierno había afirmado que los cazadores furtivos habían matado "128 elefantes" y la dirección del parque había estimado "en 480 el número de elefantes abatidos en nuestro parque" hasta fines de febrero.

Los cazadores furtivos están "equipados de armas de guerra automáticas, operan en grupos organizados y avanzan a caballo (...) Nada parece poder pararlos en esta búsqueda desenfrenada de marfil", había declarado por su parte Céline Sissler-Bienvenu, del Fondo internacional para la protección de los animales (Ifaw), en el sitio web de la organización.

Según fuentes coincidentes, la caza furtiva en los parques de Camerún se ha recrudecido desde hace varios meses. Según expertos consultados por la AFP, el tráfico de marfil en la zona está destinado en su mayor parte a los mercados asiáticos.