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Según la propia policía iraquí, entre 700 mil y un millón de personas se concentraron en la ciudad de Basora, ubicada al sur de Iraq, en protesta contra la mala administración del gobierno en los últimos años.

Los manifestantes eran en su mayoría seguidores del clérigo Muqtada al Sadr. Según la prensa, los participantes portaban cables eléctricos y recipientes de agua para denunciar el mal estado de la infraestructura del país árabe y la mala calidad de los servicios públicos.

Pese a la supuesta recuperación de la industria petrolera, los analistas aseguran que los ciudadanos de esa nación padecen cortes regulares de electricidad, una pobre provisión de agua limpia y potable, una corrupción generalizada y un alto índice de desempleo.

La protesta coincide con el noveno aniversario de la invasión estadounidense y días antes de la cumbre de la Liga Árabe, la cual tendrá el lugar del 27 al 29 de marzo.

Mujeres y hombres de Basora, pero también llegados de otros puntos de Iraq, han participado en la marcha, en la que se han podido ver ataúdes negros con carteles escritos con palabras como "electricidad", "educación" o "democracia".