l asesino confeso de siete personas en Toulouse y Moutauban, un francés de origen argelino de 23 años que reivindicó las matanzas en nombre de Al Qaeda, murió hoy durante el asalto policial al domicilio de esa primera ciudad del sur de Francia, donde permaneció atrincherado durante 32 horas.

La operación comenzó a las 10.30 de la mañana hora local (09.30 GMT), después de que el presunto terrorista cambiara de intención y anunciara a los negociadores que no tenía intención de rendirse sino de morir "con las armas en las manos".

Durante toda la noche, el cuerpo de elite de la policía francesa, el RAID, había asediado con explosivos la vivienda, situada en la primera planta de un edifico de cinco pisos localizado en una zona residencial de Toulouse, que había sido evacuada y en la que se había cortado el alumbrado eléctrico y el abastecimiento de gas.

Se trataba de una maniobra para "aumentar la presión" sobre el individuo y lograr que se entregara, informaron las autoridades.

Al fracasar la negociación para capturarle vivo y entregarle a la justicia, se procedió al asalto del domicilio, tras inspeccionar la vivienda con cámaras que habían sido introducidas por la ventana.

El asesino, identificado como Mohamed Merah, recibió a los agentes disparando a discreción desde el baño y resultó muerto al saltar por la ventana del apartamento, relató ante la prensa el ministro del Interior, Claude Guéant.

"Cuando llegó al suelo estaba muerto", señaló el ministro, que dirigió la operación sobre el terreno y explicó que dos agentes resultaron heridos en la operación.

Durante las negociaciones con la policía, Merah ha confesado haber cometido el asesinato en los últimos días de tres militares, tres niños de confesión judía y el padre de dos de ellos.

Las negociaciones se iniciaron tras un primer asalto fallido a la vivienda en la madrugada del miércoles, abortada después de que varios agentes resultasen heridos.

Poco después del fin de la operación, el presidente de Francia y candidato a su reelección, Nicolas Sarkozy, compareció en directo en televisión desde el Palacio del Elíseo para anunciar una reforma legislativa con medidas penales contra quien haga "apología del terrorismo" y contra quienes viajen al extranjero para adoctrinarse en ese tipo de ideologías.

Mohamed Merah, que trabajaba como mecánico chapista, se definió ante los negociadores como un muyahidín miembro de Al Qaeda. En el pasado había sido condenado una quincena de veces por el Tribunal de Menores de Toulouse y en los últimos años había viajado a Afganistán y Pakistán, donde pudo recibir entrenamiento militar en campamentos terroristas.

"Se reprimirá la propagación de ideologías extremistas" mediante su calificación como delito en el Código Penal, dijo el jefe del Estado francés.

Sarkozy, que felicitó a las fuerzas de seguridad por su efectividad, señaló también que se había hecho "todo lo posible" por capturar vivo al homicida confeso.

Agregó que "la unidad" debe ser ahora la prioridad de su país e indicó que hay una investigación en marcha para determinar si el asesino, que dijo actuar solo, tenía cómplices.

En la madrugada del martes, la policía detuvo entre otros al hermano del homicida confeso, al que le decomisaron un coche con explosivos.

Poco antes de la intervención televisada de Sarkozy, su principal rival en las elecciones presidenciales de abril y mayo, el candidato socialista François Hollande, había hecho otra declaración solemne sobre el desenlace de la operación policial contra Merah, cuya muerte, dijo, "pone fin a una insoportable angustia"