Controladores aéreos franceses continúan hoy por segundo día consecutivo un paro en rechazo al proyecto de reducir personal en varios aeropuertos del interior del país.

Según denunciaron los sindicatos, en los últimos tres años fueron suprimidos numerosos puestos y ahora se pretende cerrar la mitad de los servicios de aproximación, lo cual afectaría a centenares de trabajadores.

La aproximación es uno de los tres niveles de control del tráfico aéreo y en la actualidad hay unos 30 centros que realizan esta tarea.

Por su parte, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) reconoció que se eliminaron cerca de 500 empleos en el último trienio y confirmó la decisión de reestructurar estas labores.

La supresión se hizo en el marco de la Revisión General de la Política Pública (RGPP), aplicada por el actual gobierno, que consiste en no sustituir a uno de cada dos trabajadores jubilados.

Según Philippe Lohat, de la Confederación General del Trabajo, el espacio aéreo no es utilizado solo por las líneas comerciales, sino también por aviones en vuelos de entretenimiento, deportes y privados, entre otros, cuya seguridad estaría en riesgo.

No es posible, añadió, centralizar a ultranza el servicio de aproximación, ni aplicar mecánicamente la RGPP, porque ello afecta la calidad del trabajo y la seguridad de muchas personas.

En la primera jornada de paro este lunes, unos 100 vuelos fueron suprimidos, algunos aeropuertos pequeños del interior debieron cerrar y ocurrieron retrasos de varias horas en la terminal parisina de Orly.

Para este martes, último día de la protesta, se calcula la cancelación del 20 por ciento de despegues o aterrizajes en el país.