El 11 de marzo de 2011 un maremoto se abatió sobre la costa de Sendai, Japón. En esta zona, el mar entró cinco kilómetros tierra adentro, arrastrando todo a su paso. Aquí murieron 872 personas. La reconstrucción de la zona prosigue sin pausa.


Casas, invernaderos, campos de arroz, árboles, coches... La ola gigante se lo llevó casi todo y un año después las huellas de la catástrofe son plenamente visibles.

Incluso las pistas del aeropuerto de Sendai, una ciudad de un millón de habitantes, fueron cubiertas por el agua, una imagen que dio la vuelta al mundo.

Miles de toneladas de escombros han sido acumuladas en la zona, pero al mismo tiempo la reconstrucción de casas ya ha comenzado.

También el aeropuerto de Sendai se reabrió tan sólo un mes después del maremoto, igual que el tren bala Shinkansen y el puerto.

La pérdida de tantas vidas humanas y la destrucción de la tierra de sus ancestros causó un profundo dolor en esta ciudad, pero al mismo tiempo sus habitantes siguen empeñados en reconstruir todo lo posible e intentar volver a la normalidad.

El verano de 2011, por ejemplo, apenas cuatro meses después del tsunami, Sendai organizó dos festivales culturales y musicales que atrajeron más de dos millones de visitantes.

Y en el hotel Westin de Sendai, una mole de 33 plantas de altura donde tiene lugar la conferencia del World Travel & Tourism Council, alumnos del instituto de secundaria Itsutsubashi explican a los visitantes cómo la moderna arquitectura japonesa es capaz de resistir los terremotos más intensos.