Tribus aisladas Amazonia
© FUNAI
El avance de la explotación económica en la frontera entre Brasil y Perú amenaza con provocar el genocidio de los indígenas que viven aislados en la región, según aseguraron organizaciones indigenistas entrevistadas por BBC Brasil.

Estimados en unos cuantos centenares aproximadamente por la Fundación Nacional del Indigena (FUNAI) en Rio Branco, estos indígenas -que en su mayoría hablan lenguas arawak y pano- viven en las cabeceras de los ríos fronterizos, que atraviesan libremente.

Sin embargo, según los indigenistas, la explotación de madera y el tráfico de drogas está afectando a esas personas que -al entrar en contacto con otras poblaciones (indígenas o no)- podrían ser diezmadas por enfermedades o enfrentamientos armados.

"Notamos que hay cambios en las rutas de los aislados, que han avanzado más allá de los espacios que solían frecuentar, debido a la presión que sufren desde el lado peruano", dijo la coordinadora de la FUNAI en Río Branco, Maria Evanízia dos Santos.

"Los indígenas contactados están preocupados y muchas aldeas se mudan debido a la proximidad, para evitar la confrontación", aseguró.

La situación, dice Santos, va a empeorar si las obras proyectadas por los gobernantes locales se llevan a cabo.

Existen planes para construir una carretera entre las ciudades peruanas de Puerto Esperanza e Iñapari (en la frontera con Brasil) y una carretera o un ferrocarril entre Cruzeiro do Sul, en Brasil y Pucallpa, Perú.
Ambas obras cruzan los territorios de los indígenas no contactados.

"Si se les presiona, ellos se defenderán. Dado que no tienen una historia de conflictos, no es superficial decir que están en riesgo de genocidio", dice el coordinador sustituto de la Funai en Río Branco, Juan Scalia.

Ese temor es compartido por los indígenas peruanos: "Si la carretera Puerto Esperanza-Iñapari se lleva a cabo, habrá un genocidio", dice Jaime Corisepa, presidente del movimiento indígena Federación Nativa del Río Madre de Dios y Afluentes (FENAMAD).

Conflictos

Las presiones que enfrentan los indígenas aislados en territorio peruano y sus posibles efectos en Brasil obligaron al presidente de la FUNAI, Marcio Meira, a buscar respuestas en la embajada de Perú en Brasil.

Al mismo tiempo, movimientos como la Comisión Pro-Indígena de Acre (CPI-Acre) promueven reuniones con los indigenas brasileños contactados para que tomen conciencia de las amenazas que enfrentan los aislados e impedir los conflictos.

"Se dan cuenta de que los indigenas están viviendo los tiempos de las persecuciones de sus abuelos", dice Marcela Vecchione, consultor de la CPI-Acre.

Ella se refiere a la violencia sufrida por los indigenas de la región durante el auge del caucho, a fines del siglo XIX. Se cree que los indigenas aislados son los que quedan de los grupos masacrados y perseguidos durante ese período. Con la disminución de la extracción del caucho, regresaron a sus territorios.

"Sabemos que están bien, tienen suficiente comida y viven en viviendas bien cuidadas", dice Santos, según la información recogida durante las expediciones del organismo. En una, en marzo de 2010, un avión sobrevoló una aldea de indígenas no contactados, que le dispararon flechas al avión.

Las fotografías le dieron la vuelta al mundo

"Bravos"

Tribus aisladas Amazonia2
© DesconocidoAl entrar en contacto con otras poblaciones, los aislados podrían ser diezmados por enfemedades o conflictos armados.
Aunque el término "indígenas aislados" puede sugerir grupos que viven completamente ajenos al mundo exterior, existen numerosos relatos de encuentros entre esas poblaciones y los indígenas contactados, así como de encuentros entre indígenas aislados y no-indígenas que habitan los alrededores de sus territorios.

Muchas de estas reuniones terminaron en conflictos, lo que le dió a los aislados el sobrenombre de "indígenas bravos" en la región.

En 1986 y 1987, según el informe de José Carlos Meirelles, de la FUNAI, los intensos conflictos llevaron a los indígenas kaxinawá y ashaninka a pedirle al gobierno que "amansara a los bravos".

En respuesta, la Funai creó en 1988 el Departamento de Indígenas Aislados, cuya misión es proteger a estas personas sin promover ningún encuentro.

Desde entonces, su política establece que sólo habrá contacto con estos indígenas, si ellos lo desean.
Sin embargo, cada vez son más constantes los informes de la presencia de indígenas aislados en las zonas ocupadas por comunidades de indígenas contactados.

Petróleo

Además de las amenazas planteadas por las carreteras, los madereros y los traficantes de drogas, las organizaciones no gubernamentales advierten de los riesgos de explotación petrolera en la región fronteriza. En el lado peruano, varios lotes han sido transferidos a empresas privadas para la exploración de la propiedad.

La organización no gubernamental, Survival International, dijo que el gobierno peruano le está permitiendo a las empresas avanzar en los territorios de los indígenas no contactados, violando así la política de Naciones Unidas que aboga por la protección de estas áreas.

La organización dice que en 1980, acciones similares causaron la muerte de casi la mitad de los miembros de los pueblos nahuas. En ese momento, los funcionarios de Shell abrieron caminos en la tierra indígena en la que la comunidad vivía aislada, propagando enfermedades entre sus miembros, según la ONG.

También existe la preocupación acerca de la explotación de petróleo y de gas en el lado brasileño. La Agencia Nacional del Petróleo (ANP) debe completar este año las pruebas sísmicas para evaluar la viabilidad de la extracción de recursos.