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El tiempo se agota para Grecia, encerrada en un vacío de poder tras fracasar ayer el segundo intento en tres días de formar un nuevo gobierno, con el fondo de una profunda división entre defensores y detractores de la austeridad pactada con la Unión Europea a cambio de un rescate que le evite el default.

El líder de la agrupación Izquierda Radical (Syriza), Alexis Tsipras, cuyo partido dio la sorpresa al obtener el segundo lugar con 16,7% de los votos en las elecciones legislativas del domingo pasado, intentó sin éxito formar gobierno luego de que Antonis Samaras, del partido conservador Nueva Democracia, el más votado, fallara en un primer intento al comienzo de la semana.

Según la Constitución, el partido que salió en tercer lugar -en este caso, el socialdemócrata Pasok, liderado por Evangelos Venizelos- asume la responsabilidad de una última rueda de conversaciones, que debería desarrollarse hoy.

En caso de mantenerse la tendencia negativa, lo que, según observadores, es bastante probable, el presidente Carolos Papoulias debe convocar a todos los partidos para formar un gobierno de "unidad nacional". Si también eso falla, habrá necesidad de llamar a nuevas elecciones.

El Syriza prometió reiteradamente repudiar el acuerdo de austeridad que el último gobierno trazó con Bruselas, por el alto costo social en reducciones de sueldos, recortes de jubilaciones y subas de impuestos que representa para el ya sufrido pueblo griego, que lleva cinco años bajo una economía en recesión.

Pero, según estiman analistas y critican políticos opositores, rechazar el acuerdo sería equivalente a firmar el abandono de Grecia de la zona euro. Una postura contraria a los objetivos de Nueva Democracia y Pasok, partidarios de cumplir con las exigencias de Bruselas.

"El señor Tsipras quiere algo totalmente distinto que nosotros", dijo Antonis Samaras, líder de Nueva Democracia.

"Quiere declarar nulo el paquete de ahorro. Será una catástrofe para el país", agregó el dirigente conservador, que dijo estar dispuesto a respaldar a cualquier gobierno a condición de no salir de la zona euro.

Samaras admitió que la necesidad de cambios en las medidas de austeridad impuestas por la UE "es cada día más obvia". Pero advirtió que el programa de Syriza "no es renegociar el memorándum, sino hacer salir al país de la zona euro".

Virtual referéndum

"Ya estamos vislumbrando nuevas elecciones, y la nueva votación podría convertirse de hecho en una especie de referéndum para elegir entre el euro y el dracma", explicó por su parte Gerasimos Kouzelis, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Atenas.

Mientras se demora la definición del nuevo Ejecutivo, Grecia está obligada a aplicar nuevos recortes por más de 11.000 millones de euros para el próximo mes. Estos ajustes serán analizados por sus acreedores, quienes decidirán luego si liberan el próximo paquete de ayuda.

"Estamos jugando a la ruleta rusa con Bruselas en este momento. Y la paciencia de Europa se está agotando", dijo Yannis Stournaras, de la Fundación de Investigación Económica e Industrial. Y agregó que Grecia podría estar ingresando en aguas peligrosas, insistiendo en que es poco probable que sus acreedores acepten una amplia renegociación de sus programas de rescate.

Desde Berlín, la canciller alemana, Angela Merkel, atenta a las tribulaciones en los círculos políticos de Atenas por sus eventuales consecuencias en el resto del bloque, expresó en una entrevista con el diario local Neue Presse su "anhelo" de que Grecia cumpla con sus obligaciones y permanezca en la zona euro.