Imagen
© La GacetaNi un alfiler. La Puerta del Sol madrileña estuvo repleta de personas que protestaron contra el sistema político, económico y social, y rechazaron los ajustes.
El lugar quedó saturado desde temprano. A la amplia Puerta del Sol, en el centro de Madrid, miles de manifestantes convergieron ayer para recordar que allí nació el movimiento de los indignados. El objetivo es mantenerse en ese sitio hasta el martes, cuando cumplirán un año de la primera marcha en rechazo del sistema político, económico y social.

Al ritmo de tambores brasileños, marcharon en cuatro columnas en un ambiente festivo que no ocultaba, sin embargo, su hartazgo por la crisis que golpea con dureza al país. Gritaron contra la corrupción, el bipartidismo, la reforma laboral impulsada por el Gobierno derechista de Mariano Rajoy y los drásticos recortes de 30.000 millones de euros en el presupuesto para reducir el abultado déficit público, que afecta el Estado de bienestar, en sus pilares de sanidad y educación pública, en medio de la recesión. "¡Contra los recortes, no te cortes!", coreaban muchos, alternando el cántico con el ya clásico "lo llaman democracia y no lo es".

Durante los cuatro días de concentración cívica previstos, los manifestantes quieren mantener una asamblea permanente, en abierto desafío a la prohibición oficial de quedarse luego del tope horario de las 22. Ayer no hubo acción policial para forzar el desalojo del repleto sitio, pese a los 1.500 efectivos desplegados y las amenazas oficiales. "Madrid ha roto el toque de queda en Sol", fue el mensaje multiplicado en Twitter al traspasar la hora máxima autorizada. "Más allá, se estaría vulnerando la ley", afirmó la vicepresidenta del Gobierno nacional, Soraya Sáenz de Santamaría, mientras que el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, calificó de ilegales los acampes.

Aparte de la capital, en otras 80 ciudades españolas hubo importantes movilizaciones.

La más fuerte fue en Barcelona, con 40.000 personas reunidas en la Plaza Catalunya según cifras oficiales y 200.000 según los organizadores, que soportaron una fuerte tormenta. También en Valencia hubo marchas a la plaza frente al ayuntamiento, donde se montaron carpas lo que obligó a suspender una tradicional fiesta de pirotecnia. Sevilla, Oviedo, Málaga y Vigo son otros puntos de fuerte participación ciudadana.