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Los soldados del Tercer Batallón de Francotiradores con base en la unidad Camp Lejeune, de North Carolina, recibirán solo una amonestación disciplinaria sin implicaciones judiciales, explicó el vocero y general Richard Mills.

El incidente se convirtió en un escándalo internacional cuando fue subido a Internet un video sobre los hechos acontecidos en el distrito Musa Qala, provincia Helmand, en el sur de Afganistán.

Mills agregó que el Departamento de Defensa se acogió al derecho de no identificar por nombres a los militares acusados, y tampoco revelará las implicaciones administrativas que acarrean los castigos enunciados.

El Pentágono ordenó el mismo nivel de reprimenda contra seis soldados del ejército que quemaron libros del Corán.

En marzo último el sargento estadounidense Robert Bales, del tercer regimiento de infantería, irrumpió en la noche de un domingo en varios hogares en la provincia de Kandahar y mató a 16 civiles, la mayoría mujeres y niños.

La masacre elevó las tensiones políticas entre Washington y Kabul porque sucedió menos de un mes después que tropas norteamericanas incineraran ejemplares del Corán, considerado por los musulmanes como un texto sagrado.

En aquel momento, el gobierno de Hamid Karzai criticó a la Casa Blanca por no cooperar con las investigaciones y demandó a su homólogo Barack Obama que Bales fuera enviado al país levantino para que ser debidamente encausado.