declive maya
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Un periodo prolongado de sequía, la consecuente disminución de la producción agrícola tras una explosión demográfica y guerras por la escasez de recursos causaron el declive del pueblo maya, según aseguró hoy a Efe el arqueólogo Enrique Vela.

"El colapso maya no es una sola causa, es una combinación de factores, entre ellos, una situación climática específica", indicó el experto tras la publicación en la revista estadounidense Science de un estudio en el que se asegura que el cambio climático contribuyó a la decadencia de esta civilización.

De acuerdo con el estudio, los mayas, que alcanzaron su apogeo entre el año 300 y 1000 de nuestra era, vivieron una época con precipitaciones anormalmente altas que favorecieron la producción de alimentos y una explosión en la población entre los años 450 y 660.

Según el experto consultado por Efe, este incremento poblacional agudizó los efectos de una sequía "cíclica" que provocó una disminución en la producción agrícola y tuvo un impacto mayor al que una situación climatológica similar causó 700 años antes.

El estudio de Science, realizado por un equipo que ha investigado los niveles de precipitación en estalagmitas en el sur de Belice, donde se ubicaba la ciudad maya de Uxbenka, indica que la mayor sequía se produjo entre los años 1020 y 1100, que coincide con la caída de los principales centros mayas y el descenso de población.

Vela precisó que aunque se tiene conocimiento de la influencia de la sequía en el declive maya desde hace tres décadas, el artículo de Science es relevante porque ahora las técnicas nuevas permiten definir con mayor precisión los tiempos, y mientras antes se medían periodos de 20 a 25 años, ahora se pueden medir rangos de dos o tres.

Recordó que aún existen dudas en torno a las fechas exactas en las que se produjo el declive del pueblo maya, pues aunque se tiene la percepción de que fue algo "repentino", se trató de un proceso "muy largo", que aún está por descifrar.

Los expertos suponen, dijo Vela, que tomó unos 200 o 250 años, pero se trata de datos muy difíciles de concretar, a pesar de las técnicas de excavación, por las cuales se pueden estudiar los restos de polen depositados en los estratos o los anillos causados por la humedad en los troncos de los árboles.

Los cambios en el clima y la disminución de la producción agrícola motivaron, de acuerdo con el arqueólogo, un aumento de las guerras entre las ciudades estado que integraban la civilización maya, que se volvieron poco a poco más "frecuentes e intensas".

"Las ciudades mayas se disputaban el territorio, y aunque al principio eran una especie de guerras simuladas, conforme fue pasando el tiempo esos conflictos rituales se agudizaron, sobre todo porque empezaron a escasear las tierras y ciertos bienes", dijo Vela, editor de la revista Arqueología Mexicana.

De esta forma, agregó, cuando empezaron las sequías, había una gran población, las guerras ya no eran rituales y había una mayor escasez de recursos.