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Cuadro de situación calcado del 2009. Hace seis días Israel lanzó una nueva operación represiva contra Gaza, bombardeó durante las 24 horas a poblaciones civiles, ya mató a más de 100 palestinos, entre ellos mujeres y niños, hirió y mutiló a más 800, destruyó infraestructura vital y aisló por tierra, por aire y por mar a la empobrecida Franja donde se hacina un millón y medio de seres humanos en condiciones precarias, colapsó hospitales donde ya no quedan medicamentos básicos, puso en emergencia los servicios esenciales como la electricidad y el agua, paralizó la distribución de comida, y todavía no consiguió los resultados esperados.

Las plataformas lanzadoras de los combatientes palestinos siguen arrojando misiles precarios, con pocas víctimas, pero que generan terror a las ciudades israelíes, la opinión pública israelí comienza a hablar de "fracaso", la plana mayor de los halcones militares y políticos de Tel Aviv comienza perder la serenidad, y amenaza con entrar en una nueva trampa de invasión terrestre (la ratonera).

El Gobierno de Israel dio un plazo para que las guerrillas palestinas dejen de lanzar proyectiles contra su territorio (irónicamente esto es lo que alienta el gobierno sionista), amenazando con ampliar por vía terrestre la operación militar en la Franja de Gaza, informó la emisora del Ejército israelí, Galei Tzajal.

El número de víctimas de la ofensiva israelí "Pilar de Defensa" en la Franja de Gaza aumentó a 100 personas tras la muerte de al menos 16 palestinos en las últimas horas a causa de nuevos bombardeos, informaron médicos locales.

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Cuatro de las 16 víctimas mortales, un hombre, dos mujeres y un niño, perdieron la vida esta madrugada, cuando la aviación israelí bombardeó dos viviendas de un barrio de Gaza con una densa población. El balance de esta sexta jornada del conflicto incluye también más de 40 heridos.


Según los medios palestinos, entre las nuevas víctimas mortales del conflicto figuran también una anciana de la ciudad de Rafah, un mulá del campo de refugiados Naseirat, un niño y uno de los 800 heridos en los bombardeos anteriores.

Mientras, EEUU y las potencias imperiales (originalmente cómplices silenciosos de la operación represiva) temen que la situación se desborde y que (pese a la complicidad de la prensa internacional) la población mundial adormecida e indiferente empiece a tomar conciencia de la nueva masacre.

Y comienza a repetirse en otra escala lo sucedido en enero de 2009, durante la Operación Plomo Fundido. Hamás, sabiendo que el tiempo y los muertos juegan en contra de Israel, se niega a negociar una tregua para obligar a la potencia judía a seguir matando. Y a seguir generando presión internacional en contra.

En tanto los muertos y los heridos, como ya sucediera en Líbano en 2006 y en Gaza en el 2009, pasan a ser la variable de ajuste del conflicto, mientras que Washington y sus socios de la OTAN, aliados en los exterminios militares de conquista de Asia, África y Medio Oriente, buscan frenéticamente contra reloj una Plan B diplomático en la ONU que posibilite un cese del fuego negociado y una huida "victoriosa" de Israel de la escena del crímen.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon (un sirviente sumiso del eje EEUU-OTAN), tiene previsto llegar a El Cairo para sumarse a los esfuerzos de alto el fuego encabezados por Egipto, que limita con Israel y Gaza, y cuyo gobierno de raíces islámicas protege a los líderes de Hamás.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, reafirmó el rechazo de Moscú a los ataques desproporcionados de las fuerzas israelíes contra Gaza que provocan víctimas civiles.

Primera conclusión estratégica después de 6 días de exterminio militar continuado por aire y por tierra en Gaza: Israel no pudo cumplir con sus objetivos de máxima: Descabezar, matar o encarcelar al estado mayor de Hamás y destruir la infraestructura operativa de lanzamiento de cohetes palestinos hacia las ciudades fronterizas de Israel.

En el medio de la masacre, las llamadas "víctimas colaterales": la población civil de Gaza masivamente sometida al fuego cruzado de los aviones, barcos y baterías israelíes que "despejan el área" para un posible avance de sus comandos terrestres en las zonas urbanas superpobladas.

En un escenario que recuerda la operación de 2008-2009 en la Franja, tanques, artillería e infantería fueron desplegados en la línea fronteriza con el enclave palestino. Convoyes militares se instalaron en la zona recientemente cerrada al tráfico de civiles, y se autorizó el reclutamiento de 75.000 reservistas militares.

A seis días de su iniciación, y sin ningún avance de sus objetivos, la llamada operación "Pilar de Defensa" claramente ya empezó a fracasar en Gaza, y conforme pasan las horas los misiles judíos demoledores que están matando civiles y niños en forma indiscriminada y masiva comienzan (como en Líbano 2006) a producir efectos múltiples.

Hacia adentro de Israel (y reflejado por su propia prensa) , ya se vive una diáspora divisoria donde la percepción social y el miedo al fracaso produce enfrentamientos y polémicas en el poder israelí y un estado de pánico y de confusión crecientes en los pueblos y ciudades amenazadas por la cohetería palestina, incluida la capital Tel Aviv.

Y proporcionalmente, ante la falta de resultados políticos del exterminio militar, crece el prestigio de Hamás y de los grupos combatientes palestinos en el mundo árabe-islámico (como sucedió en Líbano con Hezbolá).

Y en el terreno de las estadísticas y las posibilidades, y de acuerdo con el escenario planteado en el campo de batalla, los halcones israelíes de Tel Aviv sólo pueden ganar esta guerra haciendo desaparecer a la mayoría de la población de Gaza con oleadas interminables de misiles y bombas inteligentes lanzadas durante las 24 hs que convertirían la Franja de 360 km2 en un gran cráter.

Es posible que ganaran esta guerra si utilizaran a fondo el poder de fuego de sus aviones, buques lanzamisiles, helicópteros y blindados para demoler sistemáticamente, centímetro a centímetro, a los conglomerados de viviendas civiles debajo o dentro de los cuales se encuentran los refugios y pasadizos secretos que cobijan los arsenales subterráneos de Hamás y sirven de refugio a sus combatientes.

Una opción criminal improbable, no por falta de voluntad política de los halcones de Tel Aviv, sino por la acción en contra que generaría en el plano interno e internacional, y que podría terminar de un plumazo con la leyenda del Holocausto que protege continuamente a Israel de su crímenes de lesa humanidad en Medio Oriente.


(*) Manuel Freytas es periodista, investigador, analista de estructuras del poder, especialista en inteligencia y comunicación estratégica. Es uno de los autores más difundidos y referenciados en la Web.