Israel construirá miles de nuevas viviendas en sus asentamientos de la ocupada Cisjordania y Jerusalén este, dijo ayer un funcionario israelí, en un desafío a la decisión de la ONU de reconocer al Estado palestino.
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© DesconocidoLas tareas de construcción de nuevas viviendas en un asentamiento judío en Cisjordania.
Israel construirá miles de nuevas viviendas en sus asentamientos de la ocupada Cisjordania y Jerusalén este, dijo ayer un funcionario israelí, en un desafío a la decisión de la ONU de reconocer implícitamente al Estado palestino. El funcionario dijo bajo condición de anonimato que el gobierno conservador del premier Benjamin Netanyahu había autorizado la construcción de 3.000 viviendas y ordenó "la demarcación preliminar y planificación para miles" de casas más.

Esta decisión, condenada por los palestinos, supondría un desafío por parte de Netanyahu a la comunidad internacional, que con una mayoría de 138 países aprobó el nuevo estatus que reconoce implícitamente un Estado palestino. Tan sólo nueve países votaron en contra, mientras que 41 se abstuvieron, entre ellos aliados tradicionales de Israel como Alemania.

Israel y Estados Unidos se habían opuesto a la resolución, que refuerza el reclamo de los palestinos sobre Cisjordania, Jerusalén este y la Franja de Gaza, porque consideran que la soberanía territorial debería ser determinada por negociaciones de paz. Pero éstas han estado estancadas por dos años. Con Netanyahu aparentemente encaminado a conseguir su reelección e insistiendo que cualquier negociación con los palestinos comenzaría sin precondiciones, las posibilidades de paz parecen dirigirse a un estancamiento.

Capital indivisible

Los israelíes insisten en que mantendrán los asentamientos de Cisjordania bajo cualquier acuerdo final, y que Jerusalén este debe permanecer como su capital indivisible. Este estatus para la ciudad sagrada nunca fue aceptado mundialmente, puesto que muchas potencias consideran que los asentamientos son ilegales porque fueron construidos sobre tierra capturada en la guerra de Medio Oriente de 1967. Más de 500.000 israelíes se mudaron a Cisjordania y Jerusalén este desde que Israel se apoderó de esos territorios en Gaza en 1967. El Estado judío retiró unilateralmente sus soldados y residentes de Gaza en 2005, pero mantiene un control parcial sobre el acceso al territorio.

Al igual que otros dirigentes palestinos, el presidente Mahmoud Abbas reclamó ayer la detención de colonización, e instó a Israel a retomar las negociaciones. "He dicho mil veces que queremos reanudar las negociaciones y estamos dispuestos a hacerlo... pero existen no menos de 15 resoluciones de la ONU que consideran que la colonización es ilegal y un obstáculo para la paz. ¿Por qué (Israel) no la detiene?", dijo Abbas.

También la Casa Blanca, condenó ayer la decisión de Israel de ampliar los asentamientos, calificándola de "contraproducente", y dijo que hará más difícil la reanudación de las conversaciones de paz con los palestinos. "Reiteramos nuestra oposición de larga data a los anuncios de asentamientos y de construcciones en el este de Jerusalén. Creemos que estas acciones son contraproducentes y hacen más difícil reanudar negociaciones directas o alcanzar una solución de dos Estados", dijo el vocero del Consejo de Seguridad Nacional, Tommy Vietor. Con este proyecto, congelado desde hace años por la presión norteamericana, Israel espera conectar Maalé Adoumim (35.000 habitantes), en Cisjordania, y las colonias judías de Jerusalén oriental.

Recriminaciones

La oposición israelí, mientras tanto, no dejó de disparar críticas a Netanyahu, gran favorito de cara a las legislativas del 22 de enero. "Con el reconocimiento en la ONU (de Palestina), Israel perdió los logros obtenidos mediante las negociaciones", lamentó la ex canciller Tzipi Livni (2006-2009), que creó un nuevo partido de centro. La dirigente del partido de izquierda Meretz, Zahava Gal-On, fue mucho más allá estimando que Israel debería haber apoyado la iniciativa palestina. "Un Estado palestino interesa a Israel", afirmó.

Ciudad santa

El Vaticano, único Estado con el mismo estatus que los palestinos ante la ONU, saludó la decisión tomada en la Asamblea General, y pidió un estatus especial para Jerusalén que garantice su internacionalidad. Dicho estatus permitiría "preservar la libertad de religión y conciencia, la identidad y el carácter de Jerusalén como Ciudad Santa, así como el respeto de los Lugares Santos que en ella se encuentran y el acceso a esos mismos Lugares Santos", agregó el Vaticano, en una declaración que seguramente irritará a Israel.