Economistas occidentales hablan con admiración y envidia sobre el crecimiento del PBI de China, sin embargo la estimación convencional del crecimiento del 10 por ciento anual durante tres décadas está siendo cuestionada por expertos en China y en el extranjero.

Por un lado, están los costos ecológicos que nadie tiene en cuenta. Li Yang, vicepresidente de la Academia de Ciencias Sociales Chinas (CASS), dijo que la tasa real de crecimiento del PBI podría ser de tan solo el cinco por ciento si se considera la degradación ecológica y polución ambiental.

Una investigación realizada por Bank of América respalda el reclamo de Li. Los analistas ya lo estimaron en 2009, la irrevocable destrucción ambiental como la deforestación, desertificación y contaminación del agua costaron un 3,8 por ciento del PBI. El crecimiento oficial para ese año fue de 9,2 por ciento, pero teniendo en cuenta los daños ambientales la tasa de crecimiento real sería del 5,4 por ciento. En conjunto, estos daños al ambiente ascendieron a un total de 1,4 trillones de yuanes (223 mil millones de dólares), 9,2 por ciento más que en el 2008.

Residuos

Li cree que la tasa de crecimiento nominal se consigue a través del consumo desmedido de los recursos naturales y la polución. Al concentrarse exclusivamente en las cifras del PBI, el modelo tradicional de desarrollo económico condujo a un agotamiento de recursos y daños graves al medio ambiente.

Una vez más, los estudios de Bank of America respaldan las afirmaciones de Li, de que China está creciendo sobre todo gracias al derroche de los recursos naturales. En 2010, el PBI chino representó un 9,1 por ciento del PBI mundial. El consumo de recursos como porcentaje del consumo mundial total fue muy superior, sin embargo, esto indica un grado muy bajo de eficiencia. China consumió cobre (37,4 por ciento del consumo mundial), aluminio (39,3 por ciento), cemento (57 por ciento) y acero (42 por ciento) en múltiplos más altos que su participación en el PBI.

First Financial Daily, un grupo mediático sobre finanzas en China, informó que ése es el precio que hay que pagar cuando se maximiza el PBI. El nivel de dióxido de azufre, la demanda química de oxígeno y la emisión de residuos sólidos por unidad de área es mucho más elevada en las regiones con mayor PBI per cápita. Son respectivamente, alrededor de 3,7 veces, 4,1 y 2,8 veces mayor que en las regiones con menor PBI per cápita. Desde esta perspectiva, el PBI por sí solo no es una medida eficiente del desempeño económico y la riqueza.

Li Yang dice que las cifras de pérdidas económicas causadas por la degradación ecológica y la contaminación ambiental mejoraron recientemente, pero que las pérdidas están destinadas a continuar si la eficiencia no aumenta. Se destruyó cerca del 8 por ciento del PBI durante los 80 y 90, y bajó a un 4 por ciento desde 2005.

Cifras cuestionables

Otro factor que el régimen chino siempre subestima en la contabilización "real" del PBI, es la inflación. Las cifras oficiales de crecimiento del PBI excluyen los cambios en los precios de los bienes, ya que no representan un aumento en el volumen de la producción. El factor de ajuste, sin embargo, es a instancias de la Oficina Nacional de Estadísticas.

El profesor Frank Tian Xie de la Escuela de Negocios Aiken de la Universidad de Carolina del Sur dijo a La Gran Época: "En los últimos 20 años, China ha logrado una rápida tasa de crecimiento del PBI a través de una economía de burbuja inflacionaria. Después de los ajustes por inflación y corrupción, la economía china creció un 5 a 6 por ciento. Por ahora está básicamente estancada".

El economista y comentarista Larry Lang de Hong Kong, dijo en un discurso en Shenyang en el 2011 que el PBI de China se sobrestima. Después de sustraer un razonable 6,2 por ciento de inflación al 9,1 por ciento de la tasa de crecimiento del PBI para el año, el crecimiento real sería sólo de un 2,9 por ciento.

Realizando ajustes más detallados para corregir la doble contabilización, Lang dijo que los cálculos de su equipo muestran que el PBI de China en el 2011 en realidad se redujo un 10 por ciento.