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Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Basilea, Suiza, durante unas excavaciones realizadas en el Valle de los Reyes del Alto Egipto (sur), ha encontrado uno de los más antiguos relojes solares del mundo.

El reloj fue encontrado durante las excavaciones cerca de una vivienda de piedra, en la cual vivían los obreros encargados de la construcción de las tumbas faraónicas.

El descubrimiento consiste en un disco de piedra caliza (que llaman Ostracon) del tamaño de un platillo. Sobre el mismo está grabado un semicírculo de color negro, que consiste en doce segmentos iguales y un hoyo en el centro para insertar un tornillo de madera o de metal que proyectaría una sombra para mostrar las horas del día.

Los investigadores sugieren que este reloj de sol ha sido utilizado en el siglo 13 antes de Cristo (a.C.) por los trabajadores de la construcción de las tumbas, para calcular el tiempo laboral.

Los primeros relojes de sol conocidos del registro arqueológico son los obeliscos (3500 a.C.) y relojes de sombra (1500 a.C.) de la antigua astronomía egipcia y la astronomía babilónica.