Un hombre ha muerto tragado por un enorme sumidero abierto bajo sus pies en un barrio residencial la ciudad china de Shenzhen, en el sur del país.

Los testigos del incidente, grabado por una cámara de vigilancia, fueron los guardias de seguridad del barrio. Al ver que la tierra se venía abajo, huyeron de miedo y llamaron a los servicios de rescate. Sin embargo, los socorristas no fueron capaces de ayudar a la víctima: el joven había muerto por las lesiones prucidas en el incidente.

En el barrio atribuyen la tragedia a unas obras cerca del lugar. El diario afirma que los vecinos del complejo residencial se habían quejado en repetidas ocasiones de los temblores causados por unos trabajos de construcción a solo dos metros de donde se produjo el accidente.

La obra es un encargo del grupo Shenzhen Press, la editorial de algunos de los principales periódicos de la ciudad.