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Las temperaturas bajo cero que parecían interminables ahora marcan registros positivos, mientras el sol derrite los últimos trozos de hielo y nieve en los céspedes de la capital rusa.

El meteorólogo recordó que pese a que el invierno en Rusia arranca oficialmente el primer día de diciembre, la primera nevada en Moscú acaeció el 28 de octubre, mientras la última se registró en el primer día de abril, es decir, un mes después de que empezase la primavera.

Las temperaturas medias en diciembre pasado superaron la norma climática en 2,5 grados y en marzo en 4,4 grados, índices extraordinarios, según Liájov.

Además, en el transcurso del invierno fueron poco habituales los días en los que el frío se tomó un respiro, a la vez que se registraron once lluvias heladas -la pesadilla de automovilistas y aeropuertos- frente a sólo una en 2011.

Moscú despedía el invierno con la mayor nevada en más de 130 años de observaciones, que se producía en el mes de marzo más nevado desde 1969.
Según el Servicio Meteorológico moscovita, la capa de nieve en la estación meteorológica base (de Moscú) alcanzó entonces los 65 centímetros, que son nueve más que las anteriores marcas máximas, registradas en 1895 y 1942.

Curiosamente, la primera gran nevada de la temporada invernal también batió a finales del mes de noviembre una marca de más de 50 años.

Llegado diciembre, el país fue recorrido por la mayor y más larga ola de frío ártico en 75 años para el primer mes invernal, que dejó temperaturas inferiores a los 50 grados bajo cero en algunas zonas del Lejano Oriente ruso y por debajo de los 20 grados en Moscú.
Al frío le siguieron copiosas nevadas que se prolongaron con escasos paréntesis durante los tres meses siguientes, de manera que ya a comienzos de febrero, los servicios meteorológicos de la capital rusa apuntaron al invierno más blanco en un siglo.

La capa de nieve durante el periodo invernal 2012-2013 alcanzó los 327 centímetros en Moscú, más del doble de la norma climática, estimada en 152 centímetros.

Solo en marzo, las precipitaciones triplicaron los registros habituales para ese mes.

A día de hoy, en la parte europea de Rusia las temperaturas aún oscilan bajo cero pero mayormente por las noches, según las estadísticas meteorológicas.

"Este marzo se caracterizó tanto por temperaturas bajas como por la nieve, lo que es una anomalía en la parte central de Rusia" para la primavera rusa que empieza el 1 de marzo por el calendario, explicó a Efe Alexandr Gólubev, jefe del departamento de pronósticos a corto plazo del Servicio Meteorológico de Rusia.

Sin embargo, en relación con las temperaturas en todo el territorio ruso descartó que este invierno haya sido anormal y justificó el sensacionalismo en que cayeron algunos medios rusos al respecto con el hecho de que los inviernos de los últimos años eran más suaves, "lo que no quiere decir que así deba ser siempre".
En Rusia "este invierno ha sido como debe ser. A propósito, es más agradable para la salud", recalcó Gólubev.
Admitió que se batieron varios récords de temperaturas, pero "al igual que cualquier otro año".