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La nueva cepa de gripe aviar detectada en China "ya ha adquirido algunas mutaciones que podrían hacer que sea más probable que cause una pandemia humana", según han advertido este miércoles los científicos que están evaluando su evolución.

Así lo confirman los especialistas tras analizar datos de secuenciación genética de esta cepa mortal procedente de aves y denominada como H7N9. Hasta la fecha, este virus ha costado la vida a tres personas y mantiene bajo tratamiento a otras seis, de las cuales dos se encuentran en estado crítico.

Sin embargo, los expertos subrayan que aún "no hay evidencia" de que esta nueva cepa se esté propagando de persona a persona. Además, subrayan que "hay una posibilidad de que ésta pueda desaparecer y de que no se transforme plenamente en una forma humana de la gripe".

La situación es preocupante

A juicio de uno de los especialistas del Centro Médico Erasmus de los Países Bajos, el doctor Ab Osterhaus, los hallazgos obtenidos hacen que las autoridades deban "ponerse en alerta" e implican una mayor vigilancia en animales y seres humanos. Para él, la situación "es preocupante".

En este mismo sentido se muestra la Organización Mundial de la Salud, que insiste en la preocupación reinante y advierte de que se están tomando "en serio" la detección de estos casos. Para la miembro del Imperial College de Londres (Reino Unido), la doctora Wendy Barclay, no han conclusiones que garanticen que la influencia del virus "vaya a ser leve".

Por otra parte, los científicos que están estudiando estos casos confirman que aún no conocen cual es la fuente animal del virus H7N9. Encontrar la fuente y continuar el seguimiento de las mutaciones genéticas "son ahora las prioridades", expone Osterhaus.

Ante toda esta secuencia de sucesos, el Gobierno chino ha incrementado su nivel de alerta y ha asegurado que está siendo "transparente" en las informaciones que están ofreciendo sobre esta pandemia, después de que en el año 2003 las autoridades trataran de encubrir una epidemia de síndrome respiratirio "agudo severo" que mató en China a una décima parte de las 8.000 personas infectadas en todo el mundo.