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© Le MondeLas lluvias y fuertes vientos han dejado daños a las calles, infraestructura y el tendido eléctrico. Hasta los momentos solo se reportan dos heridos
Hasta los momentos solo se reportan dos víctimas por las fuertes precipitaciones acompañadas de ventiscas que han ocasionado caída de árboles y el daño al tendido eléctrico. Por esto al menos 150 mil hogares permanecen sin electricidad.

Fuertes precipitaciones en el suroeste y noreste de Francia dejaron el viernes dos personas heridas de gravedad, así como 150 mil hogares sin electricidad y miles de turistas bloqueados en estaciones del tren.

Reportes de los medios de comunicación locales detallaron que los dos heridos de una septuagenaria que quedó atrapada entre los escombros de su casa, después de que cayera encima de la vivienda el campanario de la iglesia, en Pauillac (suroeste), y un cartero alcanzado por un rayo en Nantes (oeste).

Residentes de Gironda (suroeste) informaron que en ese departamento se registró la caída de 14 mil rayos que dañaron instalaciones eléctricas, así como fuertes vientos causaron la caída de árboles sobre las líneas, lo cual provocó apagones. Las lluvias acompañadas de ventiscas causaron daños en carreteras, vías de tren, techos y automóviles.

La precipitaciones continuaron este sábado al norte del país. A las 12H00 locales (10H00 GMT), unas 100 mil viviendas seguían sin energía eléctrica en el país. Entre París (capital) y Burdeos (suroeste) se suspendió la circulación de los trenes de alta velocidad como medida preventiva.

La empresa ferroviaria SNCF confirmó a través de un comunicado que una "violenta tormenta" causó la caída de "cientos de árboles" sobre las vías de tren y por ello se procedió al cierre del servicio.

A mediados de junio, Europa Central fue víctima de fuertes precipitaciones que provocaron decenas de muertos y desplazados en países como Alemania, Austria, Hungría, República Checa y Portugal.

Los esfuerzos de esos gobiernos buscaban contener las múltiples pérdidas humanas y económicas ocasionadas por las más recientes inundaciones, que afectaron a los pueblos de esos países.

Debido a las lluvias, la crecida de las aguas dejó al menos 14 muertos en diversos países centro-europeos, provocando pérdidas multimillonarias con viviendas destruidas, fábricas anegadas e infraestructuras devastadas.

En República Checa dos personas se ahogaron elevando a 10 el número de muertos en este país. Por otra parte, la amplitud de la catástrofe llevó al primer ministro de Hungría, Viktor Orban, a asegurar que "ahora está claro que tenemos que hacer frente a las peores inundaciones de todos los tiempos".

En Alemania, el presidente de la cámara de Comercio e Industria, Eric Schweitzer, recordó que en 2002 las inundaciones costaron miles de millones de euros a la economía. "En algunas regiones la amplitud de los daños va a superar los de 2002", agregó el vocero.