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© EFE/TEPCOExtracción de agua contaminada de un pozo en la deteriorada planta de Fukushima Daiichi en Pkuma, ubicada al nororiente de Tokio
El Gobierno de Japón informó de que la accidentada central nuclear de Fukushima, epicentro de la crisis atómica, vierte a diario cerca de 300 toneladas diarias de agua radiactiva al mar.

La información se produce después de que la operadora de la maltrecha planta, TEPCO, mostrara su preocupación por la acumulación de agua altamente contaminada en los sótanos de los reactores, que se incrementa a diario por la filtración de agua subterránea proveniente de las zonas colindantes.

No obstante, el Ejecutivo advirtió de que la mayor parte del agua contaminada vertida al mar se limita a las zonas cercanas a la central, cuyo puerto se encuentra aislado del mar abierto por diversos rompeolas y diques que protegen la planta.

Fondos para contener las fugas de agua

Por ello, el Gobierno japonés planea proveer fondos para que la operadora de la accidentada central nuclear de Fukushima pueda contener las fugas, cada vez mayores, de agua radiactiva al mar y al entorno de la planta, informó hoy la agencia Kyodo.

El Ministerio de Economía, Comercio e Industria realizará una solicitud para obtener fondos del presupuesto del próximo ejercicio fiscal de cara a ayudar a financiar un proceso que consiste en congelar la tierra alrededor del recinto para bloquear la salida del agua, explicó a Kyodo un representante del Gobierno nipón.

Aunque TEPCO ha recibido cerca de 3 billones de yenes (unos 23.200 millones de euros) de dinero público para cubrir costes de desmantelamiento de la central o indemnización a afectados, sería la primera vez que recibe fondos estatales para labores que impliquen contener fugas radiactivas en la central.

Además, el ministro portavoz Yoshihide Suga explicó en rueda de prensa que el primer ministro, Shinzo Abe, ordenará hoy al Ministerio de Comercio e Industria que se implique de manera directa en la situación que vive actualmente Fukushima.

El pasado 23 de julio TEPCO reconoció, por primera vez desde que se decretara la crisis nuclear a raíz del terremoto y el tsunami del 11 de marzo de 2011, la filtración al mar de este agua subterránea.

Actualmente, la principal preocupación en las labores para desmantelar la central es la acumulación del agua contaminada (unos 400 toneladas al día) en el subsuelo de los edificios que albergan los reactores, y que se incrementa a diario por la filtración del agua subterránea.