Una jirafa ha dado un beso de despedida al moribundo empleado que la cuidó durante muchos años en un zoológico neerlandés.
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© facebook.com/wensenrijders
Mario, de 54 años de edad, durante muchos años había estado trabajando en el zoológico de Róterdam (Países Bajos) cuidando a los animales y limpiando sus recintos. Cuando el hombre - con cáncer terminal - se enteró de que le quedan apenas unas semanas de vida, pidió su último deseo: despedirse de los animales a los que tanto apreciaba, informan medios locales.

Con la ayuda de una organización benéfica, cuyos voluntarios se especializan en trasladar a los pacientes que no tienen movilidad con enfermedades terminales para cumplir con sus deseos antes de morir, Mario en una cama de hospital portátil recorrió todo el zoológico y se detuvo en la zona de las jirafas.

De repente, una de ellas, al parecer, reconoció al empleado de mantenimiento y se dio cuenta de que al hombre le pasaba algo malo y, en una conmovedora escena, se acercó al moribundo y le dio un beso de despedida.
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Tras este momento especial, Mario también tuvo tiempo para despedirse de sus colegas del zoológico, donde pasó la mayor parte de su vida adulta.

En el contexto de los escándalos recientes respecto al sacrificio de jirafas en los zoológicos daneses, cabe destacar la diferencia evidente con la que los animales tratan a los hombres.