La eliminación gradual de una enzima llamada BACE1 "revierte totalmente la formación de placas amiloide" en el cerebro de ratones con alzhéimer, lo que "suscita la esperanza" de que los medicamentos que tienen como diana esa enzima pudieran ser capaces de tratar con éxito la enfermedad en humanos.

White lab mice
© Shutterstock
Expertos de la estadounidense Cínica Cleveland firman un estudio que publica hoy Journal of Experimental Medicine, en el que aseguran que además de revertir la formación de placas, "mejora la función cognitiva del animal", según un comunicado.

Una de las manifestaciones tempranas del alzheimer es la anormal acumulación del péptido beta-amiloide, el cual puede formar grandes placas amiloides en el cerebro y perturbar la función de las sinapsis neuronales.

La BACE1 ayuda a producir el péptido beta-amiloide, por lo que, como tratamiento potencial del alzheimer, se están desarrollado medicamentos que la inhiben, pero como esta enzima tiene también otras funciones dichos fármacos "podrían tener importantes efectos secundarios". De hecho, los ratones que carecen totalmente de ella sufren severos déficit de desarrollo neurológico.

El equipo de científicos, encabezado por Riqiang Yan, quiso estudiar si inhibir la BACE1 en adultos podría ser menos dañina que en roedores jóvenes, por lo que crearon ratones que perdían gradualmente la enzima según envejecían, los cuales se desarrollaron con normalidad y, aparentemente, permanecían sanos con el paso del tiempo.

Esos ratones fueron cruzados con otros que empezaban a desarrollar la placas amiloides a los 75 días de vida.

La descendencia de ambos tipos de roedores cruzados también formaban placas esa edad, aunque sus niveles de BACE1 eran un 50 % menos de lo normal

Sin embargo, "las placas empezaron a desaparecer a medida que los ratones seguía envejeciendo y perdían la actividad de la BACE1, hasta que, a los diez meses, los ratones no tenían placas en sus cerebros", indica el comunicado.

Yan dijo que, hasta donde saben esta "es la primera observación de una inversión tan drástica de los depósitos de amiloide en cualquier estudio de la enfermedad de Alzheimer en modelos de ratón".

La reducción de la actividad de la BACE1 también supuso un nivel más bajo de péptido beta-amiloide y "revirtió otras características de la enfermedad de Alzhéimer, tales como la activación de las células de la microglía y la formación de procesos neuronales anómalos".

La pérdida de BACE1 también "mejoró el aprendizaje y la memoria de los ratones" con alzheimer.

Sin embargo, las grabaciones electrofisiológicas de las neuronas de los roedores mostraron que el agotamiento de la BACE1 restauraba solo de manera parcial la función sináptica, lo que "sugiere" que esta enzima puede ser necesaria para un apropiada actividad sináptica y de cognición.

Este estudio proporciona "evidencias genéticas" de que los depósitos amiloides ya formados"puede ser totalmente revertidos tras la eliminación gradual y aumentada de la BACE1 en el adulto".

Los datos muestran, señaló Yan, que los inhibidores de la BACE1 "tiene el potencial de tratar a pacientes con alzhéimer y sin toxicidad no deseada. Futuros estudios deberían desarrollar estrategias para minimizar las deficiencia sinápticas resultantes de la inhibición significativa de la BACE1 para lograr los máximos y óptimos beneficios para los pacientes con alzheimer".