Hubo quema de neumáticos a las puertas de la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa

Otra ronda de movilizaciones atraviesa Honduras ante la indiferencia que la "comunidad internacional" no muestra si se dan en otras partes. Ya van 3 muertos y 21 heridos de bala como resultado de la represión ordenada por el presidente Juan Orlando Hernández, del que se exige la dimisión.
Una de las multitudinarias protestas en Honduras, reclamando la salida del presidenteJuan Orlando Hernández (JOH)
Una de las multitudinarias protestas en Honduras, reclamando la salida del presidenteJuan Orlando Hernández (JOH)
Durante los últimos diez años se han producido en Honduras varios episodios de movilización social, iniciados en 2009 durante el golpe de Estado orquestado de forma encubierta por Washington, para derrocar al presidente Manuel Zelaya y reconocer en su lugar al ultraliberal Roberto Micheletti. Dos elecciones fraudulentas se sucedieron después, la última de las cuales puso en el poder a otro títere de Washington, Juan Orlando Hernández, popularmente conocido por JOH. De ello dimos noticia en su día así como de la dura represión de que fueron objeto las masivas protestas contra un documentado y burdo fraude electoral, que se cobró la vida de al menos 22 civiles, 16 de ellos por disparos de la policía, según estimaciones de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos. De los 1.300 manifestantes detenidos, algunos como Edwin Espinal y Raúl Álvarez, permanecen en la prisión de máxima seguridad de La Tolva en espera de juicio.

Desde inicios de este mes de junio el pueblo hondureño se ha vuelto a movilizar, incluyendo la convocatoria de una huelga general contra las medidas de austeridad impuestas por Estados Unidos y el FMI (Fondo Monetario Internacional), que han generado el despido de miles de trabajadores del sector público, especialmente de la educación y la sanidad, el aumento de los precios de la electricidad -debido a la privatización de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica- así como de los bienes de primera necesidad y los carburantes, añadido a los abusos de las compañías mineras extranjeras, que destruyen las tierras de campesinos e indígenas. Las protestas llevan más de un mes, soslayadas en gran medida por los grandes medios, y han ido en aumento. De momento, la dura represión ordenada por JOH ha provocado 3 muertos y 21 heridos de bala. Este jueves murió por disparos de la policía militar un joven de 17 años en el departamento de La Paz.

En declaraciones al medio The Greyzone, Gerardo Torres, secretario de Asuntos Internacionales del Partido LIBRE (Libertad y Refundación), del que es miembro el depuesto presidente Zelaya, dijo que "el problema es la agenda macroeconómica del FMI, que ha generado un crecimiento económico muy desigual en beneficio de la elite del país y los carteles de la droga con los que colabora", mientras que las condiciones que enfrenta la mayoría de la población han castigado especialmente a las clases trabajadoras.

La corrupción ha ido de la mano de las medidas de austeridad, lo que popularmente se conoce como el "Sistema Operativo" de Honduras. En 2015 se supo del desvió de fondos del Instituto Hondureño de Seguridad Social para financiar la campaña electoral, entre otras operaciones corruptas que suscitaron protestas generalizadas. El ex-presidente Porfirio "Pepe" Lobo Sosa estuvo relacionado con el tráfico de drogas, su esposa se enfrenta a 80 años de cárcel por el desfalco de casi 500.000 dólares de las arcas púbicas, y su hijo está cumpliendo condena en una prisión de Estados Unidos por introducción de cocaína. El actual presidente JOH no está exento de estas conexiones mafiosas. Según Torres, "en 2017 EEUU sabía que se estaba investigando a Juan Orlando Hernández por su participación en carteles de la droga y todavía lo apoyó y permitió que se mantuviera en el poder mediante una reelección ilegal y que no ganó".

Las medidas de austeridad y la fuerte militarización del país han hecho de JOH una figura odiada por las clases populares hondureñas. El nuevo código penal que ha impuesto contempla elevadas multas y penas de cárcel para quienes participen en "reuniones y protestas ilícitas", entre otras medidas represivas. Mención aparte merecen las penas de 6 y 10 años de prisión respectivamente para las mujeres que interrumpan su embarazo y el personal sanitario que las asista. Si la situación económica y política es insostenible para amplias capas de la población, lo que provoca oleadas masivas de migración a los Estados Unidos, donde reciben un tratamiento inhumano, la situación de las mujeres es especialmente dramática: en la última década los feminicidios han aumentado alarmantemente así como el asesinato de líderes campesinos como Berta Cáceres.

En la actual fase de movilización contra las medidas acordadas por JOH con el FMI se prendió fuego a una pila de neumáticos a las puertas de la embajada de EE.UU. Algunos observadores sospechan que puede haber sido un acto de falsa bandera. La nota emitida por Associated Press se preguntaba porqué no actuaron con la debida rapidez y diligencia los guardias que custodian la embajada. Otros observadores, como la directora de la Asociación Médica de Honduras, creen que fue obra de infiltrados de la policía para luego culpar a los dirigentes de las protestas.

Es posible que así fuera, pero también pudo ser una respuesta espontánea de condena al papel de Estados Unidos en el golpe de 2009, o un acto simbólico rememorativo de la quema de vehículos del personal de la embajada que tuvo lugar en 1988 en protesta por la guerra sucia de Washington contra Nicaragua. La fortificación del entorno de la sede diplomática desde aquel suceso es lo que ha impedido que el incendio afectara al resto del edificio. Según Torres, "las acciones de protesta ante la embajada de EEUU es algo que históricamente ha estado en el ánimo del pueblo hondureño (...) consciente de que es la principal responsable de que JOH sea todavía presidente de Honduras".

Por supuesto, las autoridades norteamericanas han condenado el atentado: "Los actos de violencia de hoy en la embajada de EEUU en Honduras son inaceptables. Estamos colaborando estrechamente con las autoridades hondureñas para poner a los responsables ante la justicia". Una semana después los líderes de las organizaciones que participan en la movilización rechazaron la oferta de diálogo del gobierno mientras no se retiren los planes del FMI con los que el gobierno de JOH se ha comprometido.

Debería resultar chocante el tratamiento tan diferente que Estados Unidos y sus voceros mediáticos globales otorgan a Honduras y Nicaragua, el país vecino. La diferencia radica en que Tegucigalpa está directamente controlada por Washington y el FMI, mientras Managua se resiste a ese control.

Además, a apenas 50 millas de Tegucigalpa está la base estadounidense de Palmerola Soto Cano y JOH ha consentido que EEUU aumente su presencia militar en el norte del país para un mejor y mayor dominio de la América Central y el Caribe. Según Torres, "aun cuando la DEA [estadounidense Administración para el control de Drogas] investiga a Hermández, está claro que el Comando Sur de EEUU lo quiere en el poder".
Fuente: The Gray Zone