Los expertos estaban estudiando una capilla de hace tres siglos cuando realizaron el macabro hallazgo de un caso de extrusión fetal 'post mortem' que ocurrió pocos días después del fallecimiento de la madre.
Vihti chapel
© Tiina Väre, Sanna Lipkin / International Journal of Osteoarchaeology
La arqueóloga finlandesa Tiina Väre, junto con colegas de la Universidad de Oulu, investigó en otoño de 2020 una capilla privada y una cámara funeraria de 4 x 4 m debajo de esta, pertenecientes a una familia noble de la localidad de Vihti, en el sur de Finlandia.

La capilla fue construida en 1785 y acogió entierros desde ese año hasta 1829. En ella, los especialistas encontraron ocho ataúdes y los restos de un posible noveno, detalla un artículo publicado en la Revista Internacional de Osteoarqueología.

Los sepulcros contenían los restos, algunos de ellos momificados, de tres hombres, una anciana, tres mujeres adultas, además de una chica. La sorpresa llegó cuando en la cavidad pélvica de una de las mujeres adultas, los científicos encontraron el cráneo de un feto sobresaliendo del canal de parto.

Partiendo del estado "subdesarrollado de los restos fetales", los investigadores llegaron a la conclusión de que la madre había fallecido durante el primer trimestre del embarazo.

El hallazgo fue interpretado como un caso de "extrusión fetal parcial 'post mortem', un proceso probablemente interrumpido por la descomposición desacelerada de los restos maternos antes de la expulsión completa del feto", indica el resumen del estudio.

La madre fue identificada como Charlotta Björnram, quien murió el 23 de octubre de 1808 a la edad de 24 años. En los registros eclesiásticos, se dice que la causa de su deceso fue una inflamación.

Los investigadores creen que la extrusión póstuma del feto ocurrió pocos días después de la muerte de la mujer debido a la descomposición de su cuerpo y a los efectos de los gases generados en la cavidad abdominal.