La campaña de este año ha permitido ampliar el conjunto de herramientas líticas procedentes de este lugar y recuperar abundantes restos de fauna, sobre todo de herbívoros.
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© Andreu Ollé (IPHES)Excavación en el yacimiento del Barranco de la Boella, en La Canonja (Tarragona)
Los 45 arqueólogos y palentólogos que han trabajado este verano en el yacimiento del Barranco de la Boella, en La Canonja (Tarragona), han hallado varias costillas de mamut, excrementos fósiles de hiena y muchas herramientas de sílex de hace un millón de años, la evidencia más antigua en Europa de la cultura achelense.

El balance lo ha dado a conocer hoy el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), que desde hace 15 años dirige las excavaciones en este yacimiento, un lugar que se ha convertido en referente para el conocimiento de la tecnología de las primeras poblaciones humanas europeas de hace un millón de años.

La campaña de este año, que empezó el pasado día 5 y concluirá el próximo jueves, día 30, ha permitido ampliar el conjunto de herramientas líticas procedentes de este lugar y recuperar abundantes restos de fauna, sobre todo de herbívoros.

En este yacimiento ya se encontraron en las excavaciones de los años 2007 y 2018 restos de un mamut desollado por los humanos del pleistoceno inferior hace un millón de años.

Este año han localizado algunas costillas de este animal, pero, según el IPHES, lo más significativo es que han ampliado la colección de herramientas de piedra abandonadas por los homininos.

Según el IPHES, este material lítico es la evidencia más antigua en Europa de la cultura achelense, conocida también como la de 'las hachas de mano' y es el testimonio de las dispersiones humanas más antiguas registradas fuera de África.

Este año han excavado más de 300 metros cuadrados en un estrato donde han hallado abundantes herramientas de piedra, hechas principalmente en sílex, y restos de animales (huesos, dientes y astas) acompañadas de coprolitos (excrementos fósiles) de hiena muy habituales en este lugar.

En la excavación de este año han participado 45 personas procedentes de las universidades Complutense de Madrid, Universidad de Valencia, Universidad de Barcelona y la Universitat Oberta de Catalunya y, sobre todo, de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona.