El senador Mitch McConnell dejó de hablar por medio minuto durante una conferencia de prensa, luciendo perdido ante la mirada preocupada de sus colegas, que lo ayudaron a retirarse. Se suma a una lista encabezada por el presidente Joe Biden de políticos octogenarios en Estados Unidos cuyo comportamiento ha sido cuestionado.
Mitch Mcconnell
© AP Photo / J. Scott Applewhite
McConnell, represente en la Cámara alta por el estado de Kentucky y líder de la minoría republicana, había comenzado este miércoles 26 de julio una conferencia de prensa en la sede del legislativo, en Washington, para comentar un proyecto de ley de Defensa, cuando repentinamente dejó de hablar.

La situación se extendió por 25 segundos, hasta que sus colegas de la bancada republicana se acercaron para preguntarle si estaba bien, removiéndolo inmediatamente del podio y lejos de las cámaras, mientras la senadora Joni Ernst, de Iowa, que lo ayudaba a retirarse, hizo la señal de la cruz, como si estuviera rezando por el político.

Minutos después, McConnell, de 81 años, regresó a la conferencia de prensa y aseguró sentirse bien. Consultado por la prensa sobre si pensaba que era capaz de hacer su trabajo, el republicano respondió afirmativamente.

Por su parte, su oficina de prensa envió un comunicado diciendo que el legislador, uno de los más poderosos del Partido Republicano y que ha representado a Kentucky por casi 40 años en el legislativo norteamericano, se había mareado.

El líder conservador había sufrido una caída el pasado 8 de marzo tras un evento del Fondo de Liderazgo del Senado realizado en el hotel Waldorf Astoria, en Washington. Fue hospitalizado con una conmoción cerebral y una fractura de costilla menor, y dado de alta días después, pero a su regreso al Senado, a mediados de abril, exhibió una mayor lentitud en su habla.

Una de las críticas tras lo ocurrido la articuló el periodista estadounidense Benny Johnson, quien hizo un llamado para establecer límites de edad para los representes.

En tanto, el abogado Rogan O'Handley señaló en sus redes sociales que "el hombre tiene claros problemas cognitivos después de sufrir un traumatismo craneal grave por su caída hace unos meses. Está claro que debe renunciar".

Estos son tan solo algunos de los comentarios vertidos tras la escena protagonizada por el republicano y la cual aviva el debate sobre si hay que establecer límites de edad para los integrantes del Congreso de EEUU.

Aunque el de Mitch McConnell se trata del más reciente caso de un político de alto perfil de los EEUU de avanzada edad que exhibe señales de deterioro cognitivo, provocando dudas sobre sus aptitudes físicas y mentales para realizar su trabajo, no es el único.


Por ejemplo, la senadora demócrata por California Dianne Feinstein, de 90 años, anunció recientemente que no se presentaría a la reelección luego de meses de especulación sobre sus problemas de salud, que incluían la pérdida de memoria y graves complicaciones derivadas del herpes zóster, habiéndose ausentado del legislativo durante meses.

El caso más conocido es el del mismo presidente de EEUU, Joe Biden, que ha mostrado en los últimos años un comportamiento errático, confundiéndose de personas y lugares en declaraciones públicas, y cayéndose al suelo en reiteradas ocasiones.


Estos incidentes, cada vez más habituales, han llevado a la prensa de su país a preguntarse si una persona tan mayor y en ese estado debería buscar su reelección para el cargo, que el demócrata anunció en abril, repitiendo fórmula con su vicemandataria, Kamala Harris.

Sin embargo, la avanzada edad de Biden preocupa mucho a los votantes de EEUU. De acuerdo a una encuesta de NBC News publicada en el mes de abril, el 70% de los estadounidenses no cree que el mandatario deba buscar un segundo mandato, con el 48% de este grupo argumentando que su edad es el motivo por el cual creen que el demócrata no debe seguir en La Casa Blanca.